¿De qué trata este filme?

Tenemos a un pornógrafo psicólogo infantil llamado Vikmur que ha llevado a cabo misiones en Japón (o sea, es un agente secreto o trabaja por encargo para la Inteligencia de su país) y nos lo dice claramente: “la pornografía infantil es el verdadero motor de la economía de este país” sabemos que esto es así de facto en países como Filipinas o Camboya.
Esta película trata sobre los Illuminatis o si lo preferís, sobre las redes pedocriminales de élite (esta es la poderosa clientela extranjera de la que habla Vikmur).
Muchas veces nos hemos preguntado qué hay detrás de la pornografía y prostitución infantil (en realidad la pornografía solo es el gancho “publicitario” para la prostitución, la pornografía hace publicidad de la prostitución, por decirlo de alguna manera), por qué no parece combatirse lo suficiente y es un mercado que, sobre todo, en los países subdesarrollados crece y crece. Esta película nos da las claves para comprenderlo: servicios secretos (representada por los matones y por el mismo Vikmur), corrupción intitucionalizada policial (representada por Marko) y extralimitación científica (representada por la doctora), etc.

En efecto, todos los símbolos Illuminati están ahí. Todos los elementos del programa Monarca/MKUltra se nos muestran uno tras otro:

-Suelo ajedrezado.
-Alicia en el País de las Maravillas.
-El conejo blanco en el coche que remite también a la obra de Lewis Carroll (“sigue al conejo blanco”).
-El control mental al que someten a Milos mediante el trauma y mediante el uso de drogas; el primero por parte de Vikmur que es experto en guerra psicológica y el segundo por parte de una experta en medicina (MKUltra).
-El cuadro de “La última cena” ensangrentado. La sangre adquiere forma de un demonio.
Etc, etc, etc.

Esta película va a ser de culto para los “conspiranoicos” en unos años. Al tiempo.