13 de febrero de 2006
43 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Sigmund Freud le hubiése encantado Persona. Dos bellísimas mujeres aisladas del mundo y compartiendo sentimientos y vivencias. Le hubiera encantado. A los que no somos Freud también, aunque para mí no pase del ocho.
Acertada historia sobre la palabra y el silencio. Ignoro si Bergman pretendió reflejar que el silencio es más poderoso que la palabra o que la palabra puede transformar a su portador en lo contrario de lo que está diciendo. Al comienzo del film Liv Ulmann es la que lleva el peso, la segura de sí misma, la que siempre habla, la que posee la fuerza y la que se desmorona al final de la obra. La escena en la que cuenta su encuentro sexual con los dos chicos es de las que pone. Muy buena.
Notable film en general con dos hermosas suecas, una buena historia y un ambiguo final que enlaza con el principio o quizás no. Cosas de locos... cosas de Bergman.
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