Me parece la obra menos destacable de la filmografía del maestro nipón. Mifune interpreta como siempre y su caracterización raya lo asombroso. Crónica de un ser vivo no me llega a entusiasmar. Comprendo las causas de la locura y las posteriores acciones que conlleva el querer seguir vivo bajo cualquier concepto, lo que ocurre es que si el deseo de pervivir lo conduce la locura y no la razón, la trama para mí pierde encanto por el camino. También me parece observar un cierto ¿homenaje? al cine de su compatriota Mizoguchi debido a la abundante utilización de planos generales fijos en interiores, aunque quizá esté equivocado.
Película que muestra la desesperación y el aislamiento al que nos someten cuando se cruza la tenue línea entre la ensoñación y el raciocinio.