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Voto de Txarly:
8
28 de marzo de 2006
148 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hiperrealismo.
Impresiona contemplar esta aventura. Un tipo que coloca rocas en la catapulta se pilla el dedo al dejarla allí. A Sean Connery se le ve el culo cuando baja de un árbol. Todos los decorados son castillos de tomo y lomo. Cuando alguién dice: "voy", y está a una distancia de... digamos cien metros, tarda el tiempo que tardaría cualquiera en aparecer en cuadro. Escalan la puerta del castillo a pulso, en tiempo real, y sin especialistas. Los combates no huelen a pixels. De hecho, el único efecto especial que creo que aparece en el film es cuando Richard Harris, borracho del todo, te hace creer que está sobrio. Impresionante señores...
Y luego está la tan comentada historia de amor por nuestras amigas de arriba, y sí, sí que es bonita, claro. Y obvio que el amor no entiende de edades y que los dos juntos forman una pareja entrañable. Y que Richard Lester firma una película maravillosa y con un sentido común y unos planos generales y panorámicas... de quitarse el sombrero. Y comienza con unos planos bellísimos. Y Richard Harris está tan colosal como siempre. Y Robert Shaw ídem de ídem. Y se enseña a cualquier tuercebotas lo que significa el respeto y la comprensión entre enemigos, un papel idóneo para Shaw. Y se recuerda la Historia acercando al gran público lo que en realidad fue el mitificado por Hollywood Ricardo Corazón de León, uno de los peores soberanos que ha tenido Inglaterra, un asesino y un tipo egocéntrico hasta la medula.
No tiene desperdicio ninguno. Ni siquiera Robin de los Bosques (1938) le llega a la altura de la suela. Más que a Robin nos hemos encontrado con un Quijote maravilloso. Aprende Jackson.
Impresiona contemplar esta aventura. Un tipo que coloca rocas en la catapulta se pilla el dedo al dejarla allí. A Sean Connery se le ve el culo cuando baja de un árbol. Todos los decorados son castillos de tomo y lomo. Cuando alguién dice: "voy", y está a una distancia de... digamos cien metros, tarda el tiempo que tardaría cualquiera en aparecer en cuadro. Escalan la puerta del castillo a pulso, en tiempo real, y sin especialistas. Los combates no huelen a pixels. De hecho, el único efecto especial que creo que aparece en el film es cuando Richard Harris, borracho del todo, te hace creer que está sobrio. Impresionante señores...
Y luego está la tan comentada historia de amor por nuestras amigas de arriba, y sí, sí que es bonita, claro. Y obvio que el amor no entiende de edades y que los dos juntos forman una pareja entrañable. Y que Richard Lester firma una película maravillosa y con un sentido común y unos planos generales y panorámicas... de quitarse el sombrero. Y comienza con unos planos bellísimos. Y Richard Harris está tan colosal como siempre. Y Robert Shaw ídem de ídem. Y se enseña a cualquier tuercebotas lo que significa el respeto y la comprensión entre enemigos, un papel idóneo para Shaw. Y se recuerda la Historia acercando al gran público lo que en realidad fue el mitificado por Hollywood Ricardo Corazón de León, uno de los peores soberanos que ha tenido Inglaterra, un asesino y un tipo egocéntrico hasta la medula.
No tiene desperdicio ninguno. Ni siquiera Robin de los Bosques (1938) le llega a la altura de la suela. Más que a Robin nos hemos encontrado con un Quijote maravilloso. Aprende Jackson.