Cómo ya argumentara en mi crítica sobre Training Day, jueces y policías son el cáncer de cualquier sociedad, y no los políticos. La única virtud que para mí posee el producto de marras, es su sinceridad. Nos muestra la verdad de lo que son los cuerpos policiales en cualquier lugar del mundo (en unos más que en otros). Una camarilla de ladrones y extorsionadores que te joderán vivo si te cruzas en su camino. El amigo Mos Def, quien realiza una soberbia interpretación, amén del doblaje al castellano (excelente), es el tipo que pasaba por allí y al que quieren zumbar a cualquier precio.

El film peca de tontorrón al hacernos creer que Bruce Willis quiere dar una vuelta de tuerca a su vida justo en ese instante. Poco creíble. Buen homenaje de Richard Donner a Ruta suicida de Clint Eastwood. Estoy de acuerdo que aunque el happy end quizá sobra en una película supuestamente tan dura, no queda mal. Una película de ésas...