Lamentable enésima obra sobre piratas. Había varios tipos: piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros.

Los piratas eran ladrones y asesinos que asaltaban tu barco, se pasaban por la piedra a tu señora aguardando su turno y luego te tiraban a los tiburones con las tripas colgando. Trabajaban de por libre puesto que no tenían ni amo ni señor.

Los corsarios eran piratas, pero a sueldo de un rey (francés, inglés, turco...), quien les otorgaba una parte del botín robado a naciones enemigas. Poseían la llamada "patente de corso" por lo que no podían ser colgados por sus vilezas sin decreto real.

Los bucaneros habitaban la parte occidental de La española y eran perseguidos por las fuerzas militares españolas, lo que les llevó a reunirse y acoger a gran cantidad de prófugos y perseguidos por las distintas autoridades. Tenían como base el islote de La tortuga y desde allí asaltaban los barcos mercantes castellanos. Te sacaban las tripas igual igual.

Los filibusteros atacaban barcos de cualquier nacionalidad y descendían de los primeros bucaneros. Forjaron La cofradía de los hermanos de la costa y eran famosos por su valor y determinación.

Pues bien, es la enésima película de piratas en la que no veo ni valor, ni determinación, ni sangre, ni tripas, ni asesinatos a sangre fría, ni ahorcamientos injustos, ni desagradables traiciones, ni muertes cobardes y por la espalda. Y por supuesto tampoco observo aquí un mínimo de seriedad a la hora de describir como vivían aquellos hombres. Observo lo mismo de siempre: un supuesto romanticismo (del que carecían todos ellos), magnanimidad a la hora de las ejecuciones, un sentido del humor del que por su rudo medio de vida carecían y unas poses y estupideces dignas del cine piratesco de Hollywood de toda la vida. Y siempre claro, para todos los públicos. Imposible realizar un film de piratas o bucaneros para adultos. Y uno está más que harto de ello. Los piratas nos deben dar aversión pero parece que mientras los derechos para realizar este tipo de films sigan en las mismas manos, continuarán dándo pena.

Si hay que rodar un Gladiator a la corsaria para darle algo de realismo al asunto, pues por mí será bienvenido aunque se trate de alguna súper producción casposa. Pero mientras este tufo-cine nos siga regalando unos estereótipos de peña graciosa, elegante y romántica con todos los clichés del género con tipos como la Davis, Lancaster o Bloom... uno seguirá renegando de cualquier film de piratas que le echen. Porque todos van de palo.

PD. Ojalá le dieran a Jim Jarmusch un cheque en blanco para que rodara una sobre piratas. Y la peña se iba a cagar.