Como primera crítica que hago, podría atribuirse mi dificultad para valorar esta película a ser primerizo o a que merece un "6 - Interesante", un "10 - excelente", un "1 - Muy mala" o un "No vista", pues es la primera película que me ha hecho creer que estaba drogado.

El efecto global de combinar lo pseudocientíficamente patético, los poderes que otorgan al consumidor unos cristales de sulfato de cobre rebautizado (a mí no me engañas Hollywood) y la cara de boba que no pudo hacer desaparecer la señorita Johansson en numerosas ocasiones posiblemete debido a que ella tampoco se tragaba todo aquello, dan como resultado algo interesante; un 6.

El no necesitar drogas de ningún tipo para poder pegarte un "buen viaje", hace de esta película algo, no sólo excelente, sino muy saludable (al menos, físicamente); un 10

La película tiene unos personajes ridículos, una trama ridícula, una imitación de Terminator, Hitman repartiendo a domicilio y Matrix por parte de la actriz ridícula y un sinfín de cosas ridículas, además de varios fallos escandalosamente ridículos. Uno siempre puede decir que lo ridículo tiene su punto de gracia, y ¡sí!, lo tiene, pero en este caso no sabría qué decir debido a la incertidumbre. ¿Me río por lo ridículo o es una táctica de mi subconsciente para amortizar el dinero que he gastado, pensar que vi una película de humor y no deprimirme? Si piensas esto y atas cabos, se acabó, tirarás más por lo segundo, así que lo ridículo y gracioso no es una opción salvadora, sino un flotador picado; un 1.

Por último, visto lo visto y sentido lo sentido, poco se puede decir de forma fiel. Las ideas e impresiones se agolpan en mi mente como un gran caudal de glóbulos rojos tratando de pasar infructuosamente por una artería que no goza de los privilegios de esos remedios anticolesterol que tanto abundan en televisión. La sensación de estar flipando todavía podría hacerme decir que he probado el LSD y todo lo existente en la faz de la tierra con firma de polígrafo. Es ésta la causa de que, aprovechando el deprimente subidón, desee no haberla visto e incluso lo crea de este modo. Sí, quiero convencerme, ¡ala!: "No vista".