Hacia tiempo que no veía una película con tantos y tan buenos cómicos reunidos. Y el resultado ha sido el que tenía que ser: una sala de cine en la que no cesaban las risas a mandíbula batiente.
Por eso me extrañan tanto las críticas tan malas que he leído, ya qué así deberían ser las comedias, ¿no?, graciosas y divertidas.

Se hablan de clichés, sí, ¿y qué? De personajes "tipo", sí, ¿y qué? De conflicto absurdos (claro, es una comedia de sal gorda), sí, ¿y qué? ¿Qué hay de malo en eso?

Obviamente, si solo te ríes con las películas de Woody Allen y si llevas una foto de Franco o de Rajoy en la cartera es normal que no te haga gracia la película, pero para el resto es la risión, y así lo atestiguan la sala llena de personas con la que la vi, por cierto, en un cine en Cataluña.

Brutales las resoluciones de algunos gags y los actores cumplen sobradamente, demostrando lo buenos cómicos que son. De hecho, he de reconocer que la he disfrutado el triple que 8 apellidos vascos, con hilo argumental romántico con demasiado protagonismo, cosa que aquí queda más en segundo plano en beneficio de más gags y chistes clásicos pero resultones.

Ojalá hagan una segunda parte, porque la verdad es que tanto los personajes como la idea, son memorables.