"¿Que asco no? Peruano, peronista, judío y puuuuto. Le sueltan al ex campeón de boxeo Marcos Wainsberg los dos tipos que acaban de entrar a su casa, golpearlo y encadenarlo a la ducha del baño.

-¿Quién es la hembra? ¿Vos o la gorda, enano de mierda? Le contesta en campeón"

Esta escena, me atrevo a decir una de las mejores de cine nacional de los últimos años, abre una historia negra, violenta y polémica, muy rara en el cine nacional. Minutos antes vimos al campeón, al ex campeón, matar de un golpe en la cabeza a su último oponente sobre el ring, en una secuencia de boxeo en su estado más puro que recuerda a Toro Salvaje.

Hoy, años después, un Marcos ya retirado intenta reconciliarse con su novia Ana y discute con su editor por la polémica tapa de su biografía.

"Yo no maté a Bombilla, el médico le dijo que no podía pelear" Sostiene.

Mientras organiza su casa para el almuerzo con Ana, cae a su casa Hugito, el típico chanta porteño con la camisa manchada de sangre.

Los problemas, la violencia inusitada, la sangre y el anarco-peronismo no se hacen esperar, mostrando a un "Anti-héroe" que lo único que quiere es que lo dejen en paz, aunque, siendo este poco menos que una máquina de matar, la cosa no será fácil. Diablo nos plantea a "Héroe a su pesar" muy típicamente argentino: Tiene su altar al Gauchito Gil, a Monzón colgado en la pared y a Eva y al general tatuados en los pectorales que no quiere solucionar las cosas ni pelea por una buena causa, lo único que quiere es que nadie lo moleste más en ese día tan especial cómo es el de la reconciliación con su ex novia.

-Aparecés en mi casa, todo cubierto de sangre, después estos dos, y ahora este hijo de puta¡ Que no para de mirar la hora.

Esta película, plagada de diversos homenajes muy variados, desde clásicos de la serie Z nacional cómo lo es Sadomaster (Hay una escena de la película viéndose en la Tv al principio y dos personajes se llaman cómo las antagonistas de la secuela) hasta Aliens (El "Knife game" que protagoniza un genial Nicolás Galvgano) resulta una cinta de comedia negra, género no muy explotado en este país, que debe mucho a Tarantino (Alex Cox dijo en el festival de cine de Mar del Plata que Diablo es mejor que la obra completa de éste) y Guy Ritchie, con su Snatch: Cerdos y Diamantes es genial. Sencillamente genial, y sobresale en todos los aspectos, tiene muy buena fotografía, exelente dirección, un cast de actores muy bueno y una banda sonora metalera que te pone de lleno en la pantalla.

Los actores y sus personajes merecen un apartado especial:

*Juan Palomino cómo Marcos, protagonista de esta obra maestra, le parte la mandíbula de un derechazo a los que lo tenían cómo un "Galán de telenovela" con una actuación cruda, cruel, cómica y sobresaliente.

*Serio Boris, que venía de actuar en joyas cómo Diarios de Moticicleta, destaca cómo Hugito, el transa, patotoero y tránfuga primo de Marcos, que tiene un monólogo anarquista que te deja con los pelos de punta.

*Lus Aranosky cómo Café con Leche, un personaje delirante, transa y sexópata que protagoniza los momentos más divertidos de la cinta.

*Luis Ziembrosky cómo Fridman, un policía judío, algo nervioso, obsesionado con el antisemitismo y fanático del "Inca del Sinaí" Wainsberg.

Después, la cinta está plagada de cameos y personajes secundarios habitués del cine de género nacional.

Mis favoritos, tengo que admitirlo, son Vic Cicuta y Paul Divano, de Gorevisión, cómo los motqueros que torturan y vejan a Palomino.

También, durante segundos, sale Germán Magariños, director de joyas cómo Goretech y Vio la luna... y compró un cementerio.

Una película que recomiendo terriblemente a todo el mundo y que, a pesar de tener modismos, muy nacionales que pueden resultar extraños a los foráneos, se sigue el hilo y los chistes perfectamente