"Si pudieras oír la voz de Dios, ¿lo guardarías en secreto?" Ignacio de Loyola.

Cuando se aborda un hecho histórico, es fácil caer en los convencionalismos: centrarse demasiado en el personaje que se narra haciendo que los secundarios no tengan calado alguno, basar sus mejores momentos en frases lapidarias, o directamente caer en el más absoluto de los tedios. En los últimos años, el cine basado en hechos reales ha mejorado enormemente y muchas de las mejores propuestas que nos ha brindado el cine han venido de aquí gracias a películas como, por poner algunas: "Invictus", "Sully" (ambas del maestro Easwood), la trilogía de historias americanas de Peter Berg, "The imitation game (Descifrando Enigma)" de Morten Tyldum...
Sin embargo, en la actualidad el miedo a que aparezca que la película está basada en hechos reales sigue asustando un poco al personal, y en gran medida, las películas de santos son responsables de ello.

Pienso que todo el mundo ha visto en algún momento una película de santos: lentas, aburridas, con pocos alicientes y nada destacable. Se da en muy pocas ocasiones que una película de este tipo sirva para algo más que para pasarla a unos (comprensiblemente, dada la calidad de las películas) aburridos alumnos en clase de Religión.
¿Es "Ignacio de Loyola" una película diferente que rompa moldes? No, la verdad: resulta que es una película muy tradicional tanto en ejecución como en adaptación de la vida de un santo, pero utiliza los tópicos a su favor y consigue que algo que podría haber sido casi de serie Z, sea una película disfrutable y con algunos momentos muy conseguidos.

Para empezar, la película nos da unas pocas escenas que no parecen de una película de este tipo: prostitutas, romance, batalla... Este fragmento ayuda a que al espectador le caiga bien, o al menos empatice con el personaje de Ignacio, puesto que no es que caiga majo precisamente, de buenas a primeras. De este modo, ya nos presenta como ve la vida este hombre: una eterna batalla en la que él es un caballero.
Hay que tener en cuenta que, si bien la historia de la batalla es cierta, gran parte de lo que aparece en ese primer tramo pertenece más a leyenda que a otra cosa, concretamente lo de las prostitutas y lo del romance, lo que no quita que haga a la película entretenida.

Sin embargo, pasados esa primera media hora, la película vuelve a su cauce natural, mostrándonos ahora ya sí con total rigor histórico, lo que vivió Ignacio de Loyola en su juventud, usando su conversión y descubrimiento de Dios y sus problemas iniciales con la Inquisición como hilo argumental.
Como en todo lo anterior, "Ignacio de Loyola" triunfa en los aspectos más importantes: recreación histórica, diálogos, y consigue algo que me sorprendió: una recreación muy, muy decente, del conflicto religioso que sufrió el personaje.

Así es, en un pasaje en concreto se muestra cómo Ignacio llegó a escribir su diario y sus ejercicios espirituales, con unas apariciones tanto de Satanás como de Jesús que son sencillas pero bastante decentes.
Sorprende, para bien, el tono que buscan: sencillo, simple, y aprovechando cualquier pretexto para darle algo de acción al relato. Ese tramo de la torre en medio de la nada casi imita al final de una película de superhéroes. Ojo, no quiero decir que trivialice la historia ni nada de eso, sino que le da un ambiente de final casi de superproducción, aunque evidentemente no lo sea.

Es llamativo que sobre un santo español tan importante, la película haya sido hecha por Filipinas, con actores españoles pero grabada en inglés. Lo del inglés es para darle proyección internacional, obviamente, pero que en España no podamos hacer una película sobre un personaje importante y la tengan que hacer otros me parece algo triste.
Los actores y la dirección son todos solventes, especialmente bueno el caso del actor protagonista Andreas Muñoz, que compone a un Ignacio que no abusa de frases lapidarias, salvo en alguna brevísima ocasión. Sí, ya sabéis, de esas que tanto gusta poner junto a atardeceres y fotos de nubes: muy bonitas pero huecas y, para que negarlo, de una religiosidad algo superficial. Sumadle la falta de cosas así a las virtudes de la película.
Y respecto a efectos especiales, pues justitos. Tampoco le vamos a pedir más, sería algo injusto, que no hablamos de una película venida de la casa Warner con 100 millones de presupuesto.

En última instancia, "Ignacio de Loyola" es una digna película que usa los tópicos de su género de manera correcta. Eso no quita que no pueda escapar de su condición de película de santos haga lo que haga, por lo que quien la vea ya debe saber qué debe esperar. Interesará a aquellos a los que les interese la religión, y más concretamente, a los que quieran saber sobre el personaje.
Por otro lado, hay muchas recomendaciones de cine que trate la temática religiosa que podría hacer, como las recientes "Ben-Hur" o "Hasta el último hombre", pero ya que el tema va con los jesuitas (y doy por sentado que si has llegado hasta aquí, algo te interesan) recomiendo encarecidamente la obra maestra que es "Silencio" de Martin Scorsese y que yo mismo critiqué hace no mucho en esta misma página.