Empieza, pero nunca termina. Su mensaje es claro por redundante y sus personajes se abandonan por momentos para entregarse al delirio cómico, pero que no sé si es tan cómico. Se respira demasiado cinismo, al punto que deshumaniza a todos los personajes incapaces de la mas remota muestra de empatía, por eso quedan caricaturizados. El problema que veo, es que que si te tomas licencias para introducir escenas tan extravagantes como la del hombre/simio y tus personajes son caricaturas la mayor parte del tiempo, todo se vuelve muy artificial y no esperas nada coherente. Así se crea el escenario perfecto para que a través del lenguaje cinematografíco mas delirante lleves al espectador a un punto de la historia donde lo sorprendas totalmente, pero justo cuando esperas que eso suceda, la película aterriza hacia el lugar mas común y soso. él último cuarto de película me pareció aburrido, se va la magia, la creatividad, la crítica afilada. Sin embargo debo decir que es estimulante ver películas que se paren en el aquí y ahora, en el presente mas presente, que cambia tan velozmente que parece imposible de retratar. Necesitamos mirarnos en estos espejos, porque el mayor mérito de la película es ese, la capacidad de ponerte frente a un espejo y mostrarnos que "tenemos un concepto demasiado bueno de nosotros mismos".