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Voto de Francesca:
6
Drama. Romance. Thriller Anna (Sandrine Bonnaire) entra en la oficina equivocada y acaba discutiendo su vida marital con William (Fabrice Lucchini), un asesor financiero. Sus conversaciones iniciales les llevan a una serie de encuentros en los cuales William, preso de la excitación, no se atreve a contar a Anna que no tiene licencia profesional. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El planteamiento inicial es sencillo y brillante. Un malentendido desencadena una relación entre dos personas que de otra manera no se hubieran cruzado. La fascinación que él(Fabrice Luchini) siente por ella (Sandrine Bonnaire) acaba manteniendo el fino hilo que los une. Los dos, aunque de manera diferente, tienen en común un hecho: la soledad.

William Faber (Luchini) es un hombre solo; vive en el despacho donde tiene la consulta de asesor fiscal; apenas se ve la calle a través de las ventanas, recubiertas con cortinas, y el interior es oscuro. Su único contacto parece ser el que mantiene con su ex (Anne Brochet).De Anna (Bonnaire), se sabe poco, solo lo que ella cuenta e incluso, su relato a trompicones,hace pensar si es cierto lo que cuenta.

Hay momentos en que, enfrentados a la mirada del otro, sentimos hasta qué punto nuestra vida es pequeña. Esto lo que ocurre a Faber (Luchini), un hombre gris, que sientede repente, lo absurdo de su mundo.
La última escena se rueda cámara en mano. El ligero movimiento de cámara refleja no ya la falta de pulso sino el temblor de los personajes…

Sandrine Bonnaire está singularmente guapa; su rostro es anguloso, pero aquí adquiere una dulzura especial. Luchini, con cara de palo asustado, va adquiriendo cada vez más expresión. En efecto, Luchini, de manera parecida a Jean-Louis Trintignant, representa elhombre común, una cara no especialmente atractiva, pero capaz de pintar en detalles las emociones.
Es una película sobre un lento streap-tease, de los sentimentos y de la ropa. La historiacomienza en invierno, con una Anna (Bonnaire) vestida hasta arriba; acaba en verano, con vestido ligero. Mientras, los dos se van contando su vida. Frente a ella, Faber/Luchini permanece en traje y corbata, ¡incluso el domingo! Aun así, algo se va aflojando.
Como en otras películas de Leconte, aquí se cuenta la historia de dos personajes, unidos por un azar. El hombre del tren (L’homme du train, 2002) se centra en dos personajes que nada parece unir salvo un encuentro fortuito en un tren: el personaje de Johnny Halliday es un atracador y Jean Rochefort interpreta un hombre aburrido, habitante de una gran mansión familiar. El marido de la peluquera, 1990, habla de Antoine (Jean Rochefort), un hombre que sueña con casarse con una peluquera.

Como las dos películas mencionadas, esta también nos hace creer que los sueños son posibles…

Película delicada… ¡y francesa!
Francesca
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