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Voto de Koyaanisqatsi:
9
Drama Drama sobre la Iglesia de la Cienciología. Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un intelectual brillante y de fuertes convicciones, crea una organización religiosa que empieza a hacerse popular en Estados Unidos hacia 1952. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un joven vagabundo, se convierte en su mano derecha. Sin embargo, cuando la secta triunfa y consigue atraer a numerosos y fervientes seguidores, a Freddie le surgirán dudas. (FILMAFFINITY) [+]
4 de enero de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ole, ole y ole. Se han hecho muy largos estos últimos cinco años desde la inigualable "There will be blood", pero Paul Thomas Anderson es uno de esos directores que pueden tirarse veinte años sin coger una cámara, pero que cuando regresan, siguen manteniendo intacto su talento y vuelven por todo lo alto.

En esta ocasión PTA presenta una película con un esquema muy similar en todos los apartados a su anterior película, y aunque en la otra tenía a Daniel Day-Lewis para absorberlo todo, en este film hay una dupla masculina encabezada por dos de los mejores actores vivos: Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman. Ambos ofrecen una interpretación absolutamente espléndida e insuperable, soberbio está especialmente Phoenix pero especialmente Hoffman. Quien es el personaje principal y quien el secundario es difícil decir. Lo que no cabe duda es que merecen todo tipo de alabanzas y premios, aunque dudo mucho que estos recaigan en los actores mencionados, pues me da que este año va a arrasar Daniel Day-Lewis...AKA...Lincoln o cualquier otro, no hay más que ver los últimos nominados a los Golden Globes para ver lo terriblemente lamentable en que se ha convertido "la pequeña Jerusalén de Hollywood", aunque lleva siendo deplorable desde hace muchos años. El vergonzoso hecho de que el nombre de Denis Lavant no esté en las grandes galas de premios no hace sino acrecentar la cuestión de que la gente que aún crea de verdad en la justicia de estos premios sea posiblemente la misma que crea en las creencias de sectas como la de la película. Como dijo el propio Joaquin Phoenix sobre los Oscar; ""Son la zanahoria con peor sabor que he probado".

Dicho esto (quizás muy extenso pero necesario), la película como todo el mundo sabe está inspirada en la famosa secta de la Cienciología, a quienes no les ha sentado muy bien este film, de ahí que Paul Thomas Anderson haya sido vetado en la últimas nominaciones a los Golden Globes y probablemente tampoco esté nominado a los Oscar, un caso de veto muy parecido como ya ocurriera en 2004 con Mel Gibson y su "The Passion of the Christ". Parece ser que desde que Hollywood lo gobiernan los judíos y los cienciólogos, cualquier película que pueda herir su sensibilidad es motivo de censura.

El personaje de Philip Seymour Hoffman está más que inspirado ya no solo en la figura de L. Ron Hubbard sino que físicamente adquiere unos aires de líder místico propio de una secta. Mientras que el personaje de Joaquin Phoenix es un hombre perdido, histriónico, alcóholico y mentalmente inestable, el típico hombre desorientado que ha sufrido terribles traumas psicológicos y del que aparece un hombre con grandes ideas ambiciosas que se aprovecha de él. La importancia e interés no sólo recae en esta parte de la historia en sí, sino en profundizar en el proceso de creación de una nueva religión, en ver de cerca cuales son los métodos que utiliza "el maestro" para convertir a la gente en sus súbditos.

No me olvido de la bella y enigmática Amy Adams, encarnando a la fiel esposa del maestro, apoyándole en todo momento a ayudándole a que todos los proyectos de su marido salgan adelante. Aunque en este film adquiere un protagonismo más bien secundario, realiza una labor más que notable.

Habría que hablar largo y tendido de todos los aspectos técnicos y artísticos, pero me limitaré a decir que Jonny Greenwood lo ha vuelto a conseguir, ha compuesto una nueva BSO para una película (segunda colaboración con PTA) y de nuevo nos ha regalado piezas exquisitas de un sonido original y singular imposible de imitar. Destaca también la sensacional fotografía de Mihai Malaimare Jr que después de trabajar en los últimos films de Francis Ford Coppola parece haber congeniado a las mil maravillas con PTA, y eso se nota en esta película.

Espero que Paul Thomas Anderson realice películas con más asiduidad, creando obras singulares y únicas, que sigan luciendo en todo su esplendor, y que creen polémica, pero sobre todo, que PTA siga callando bocas y al mismo tiempo él no la cierre.
Koyaanisqatsi
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