Guadagnino reversiona la película "La Piscina" (1969) con la historia de Marianne (Swinton), una cantante que se ha ido de vacaciones con su novio (Schoenaerts) a la isla italiana de Pantelleria para recuperarse de una operación a la garganta. La estadía se ve interrumpida cuando de improviso llega Harry (Fiennes), el ex amante de Marianne, con su hija Penelope (Johnson) a quedarse con ellos, lo que causa una serie de incomodidades y conflictos entre los cuatro con trágicas consecuencias.

Lo que empieza bien termina desmoronándose con escenas innecesarias y elementos sin resolver de la trama, como es la extensa secuencia de la compra del requesón o la crisis migratoria en la zona, la que no sabemos si es exhibida a modo de denuncia social o para mostrar la burbuja en la que viven los protagonistas. Otro aspecto que no parece bien resuelto es el vínculo entre Penelope y Harry, a quien él presenta como su hija de 22 años, pero que a medida que corre el metraje se llega a dudar si realmente es así o es otra cosa. Tampoco se expone muy bien el conflicto personal de Paul (Schonaerts) que lo lleva a tratar de suicidarse antes de tomar las vacaciones. A esto se le agrega el giro policial que toma la trama pasada la mitad (VER SPOILER) que queda incompleta.

En cuanto al reparto, sobresalen Fiennes y Swinton más que Schoenaerts y Johnson; Swinton demuestra otras formas de comunicarse con su novio que no son las palabras y el personaje no es invisibilizado en la película por no poder hablar, sino que su presencia es igual de fuerte que Fiennes. Respecto a él, es todo lo opuesto a Swinton (y a los trabajos del actor que nos tiene acostumbrados a verlo de malo o de atormentado), haciendo un personaje bastante insoportable y que podría ser el peor invitado del mundo; hace fiestas en casa ajena, no para de hablar (celebré cuando Schoenaerts lo hace callar en un momento) y se pasea desnudo sin importarle nada, causando sólo problemas para los dueños de casa. Schoenaerts queda un poco plano y Guadagnino no profundiza en sus problemas que le llevan a un intento de suicidio, pero su paciencia y calma es infinita. Johnson es una Lolita que provoca a Schonaerts desde el principio, pero eché de menos la delicadeza e inocencia que tenía Jane Birkin en el mismo papel y en vez de eso tiene un halo de misterio que no desaparece nunca.

Otro elemento a destacar es la banda sonora que utiliza a The Rolling Stones y Harry Nilsson ("Jump Into the Fire") para algunas icónicas escenas, pero no quita el problema que tiene la película al resolver ciertos elementos de la trama. La ambientación a ratos parece ser un recorrido turístico por la isla, mostrando una procesión, las fiestas nocturnas y las riquezas naturales y gastronómicas de la zona, ocupando minutos innecesarios y que se podrían haber utilizado en escenas de mayor relevancia. Lo anterior hace que a ratos se haga lenta y que parezca que no arranca nunca, salvo en lo que podemos intuir por los flashbacks, pero que tampoco conservan esa tensión sexual que había entre Delon y Schneider en 1969.

Una cosa que podría haberse mejorado es la iluminación; hay escenas muy oscuras que no se ve casi nada y escenas donde la cámara cambia muy rápido y llega a marear, en especial esa secuencia de discusión entre Fiennes y Schoenaerts en medio de un baño nocturno en la piscina.

¿Recomendable? No creo que sea una película para todos los gustos; hay quien dirá que es lenta, floja, mal resuelta y que Guadagnino abusa del desnudo haciendo que se vea innecesario en algunas partes. Concuerdo en que está mal resuelta en algunas cosas, le cuesta arrancar un poco y tiene escenas que no aportan nada, en vez de resolver el argumento.
Me ha sorprendido el personaje de Swinton que aunque no pueda hablar no pierde peso en la película, y la banda sonora me ha encantado. Insisto en que se le podría haber sacado más partido al personaje de Schoenaerts y el personaje de Fiennes se me ha hecho insoportable con esa incontinencia verbal (si era su intención al actuar, lo ha logrado y tiene mis respetos).