Sobrecogedora película que hace de la imaginación de un niño criado en los suburbios el hilo conductor de una historia desgarradora, trágica y al mismo tiempo familiar. Con el uso de un lenguaje poético que en algunos momentos se empapa de lo nauseabundo de la realidad ambiental (llegando a usar palabras malsonantes), y que sin embargo rebosa de una sensibilidad áurea, Luzon nos hace ver la necesidad de evasión de un alma inquieta en un mundo podrido, la represión sufrida por un espíritu puro en una familia y una sociedad inmersas en la locura, y en la mente solitaria de un niño que, como sueña, no lo está.
Magistral obra, segunda y última en la carrera del mencionado Luzon quien, de no ser por su prematura muerte en un accidente en 1997, quien sabe si no habría creado un estilo nuevo en el cine del siglo XXI.