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España España · valencia
Voto de PeterQ:
6
Drama Enrico Oliveri, secretario del principal partido de la oposición, pierde apoyos y entra en crisis. Tras ser duramente criticado en un mitin, abandona sus compromisos y responsabilidades y se refugia en Francia, en casa de una amiga. Su ayudante, intenta salir del apuro sustituyéndolo por su hermano gemelo, un enfermo bipolar recién salido del psiquiátrico. El experimento resulta ser un acierto porque el electorado recupera la confianza ... [+]
26 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más empezar, no he podido evitar sonreír al aparecer en escena el bueno de Toni Servillo, el grato recuerdo de su anterior y reciente película “La gran belleza”, permanece intacto en mi cabeza, pero las comparaciones son odiosas y “La gran belleza” poco tiene que ver con “Viva la libertà”.
Si hay un país con el que guardamos paralelismos más que evidentes, ése es Italia, con un panorama político tan agitado como el nuestro, con escándalos de corrupción, con lazos históricos y culturales incuestionables, con grandes pasiones por la buena mesa, por el deporte rey, por todo tipo de fiestas, con climas muy parejos y con un estilo de vida del cual ambos disfrutamos en las calles, deleitándonos con la gastronomía que nos ofrecen los bares y terrazas. Por esas similitudes y por otras muchas más, el cine italiano se me hace tan cercano, es como una especie de reflejo, en ocasiones mucho más cuidado.
Toni Servillo vuelve a dar muestras de su elegante genialidad interpretativa, está sembrado en los dos papeles que interpreta, tanto en lo cómico como en lo dramático, sigue teniendo esa luz cautivadora en su rostro, sobre todo cada vez que sonríe, aunque en esta cinta por momentos se muestra excesivamente teatral.
Los diálogos son una parte importante en este film, algunos cargados de ironía, otros con alguna lúcida metáfora pero todos ellos bien trabajados y algunas frases para el recuerdo que se me han grabado en la memoria (“Los políticos son mediocres porque los electores son mediocres y si roban es porque sus electores roban o les gustaría robar”, “ El temor es la música de la democracia”, “Pascal apostaba sobre la existencia de Dios basándose en las probabilidades, los políticos lo hacemos basándonos en la historia, tú has preferido apostar por un loco”).
Se aprecia el talento de Roberto Andò, un director polifacético con una agudeza destacable para la escritura, mucho ha llovido desde que en 1995 presentara su primer largometraje (Agenda) en el Festival de Cine de Venecia, aunque su verdadero debut como director fue en el año 1986 (El bosque-raíz-laberinto) y no fue en el cine, sino en el teatro, con una especie de fábula filosófica.
“Viva la libertá” no es una obra maestra, pero es una buena película, divertida, bien elaborada en el plano artístico, con un buen guión y un planteamiento muy prometedor, en el nudo hay una especie de atasco que hace bajar el listón del planteamiento inicial, el desenlace final viene acompañado de una propuesta.
Lo que Roberto Andó nos propone es un retrato de la inestable situación político-social que tiene el país italiano, una visión extendida fuera de Italia de cómo los italianos son capaces de votar antes a un hombre tan simpático como informal antes que a un político serio y formado (¿No os recuerda esto a alguien…?). Pero quizás esa visión tenga otro planteamiento y pueda ser también una crítica al poder político establecido, haciendo más cercano al pueblo al personaje inestable pero que vive más en sintonía y tiene una mayor cercanía con los problemas reales del pueblo (de hecho, así nos lo muestra también el film) relevando al político de libro que vive en un mundo paralelo sin tener una conciencia directa de los problemas cotidianos de la sociedad. El mensaje que se puede leer entre líneas es el de la prostitución de los valores a medida que entras en ese círculo de poder que te termina convirtiendo en un autómata más ajeno a los problemas reales del ciudadano de a pie. El hermano gemelo puede ser un reflejo de lo que él mismo podría haber sido o era antes de entrar en ese círculo elitista, conservando la gracia y saboreando los pequeños momentos que nos regala la vida.
La película me ha hecho recordar bastante a “Habemus Papam”, de hecho, considero que hay trasfondos parecidos, personajes que cuando están acariciando el punto más alto de reconocimiento en su carrera se cansan de todo y se toman un respiro, planteándose muchas cosas y con cierto hartazgo acumulado.

http://www.filmadictos.com/viva-la-liberta/
PeterQ
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