Vuelta a los orígenes de Paul Verhoeven, aprovechando, eso sí, todo lo aprendido en su largo periplo americano.
La historia de supervivencia de una joven judía en la Holanda ocupada por los alemanes, le sirve al director para hacer una película con las dosis justas de acción, drama y espectáculo y sin perder casi nunca el sentido del ritmo.
Los giros del guión son incontables y hacia el final de la película diría que excesivos, pero hacen que las dos horas largas de proyección avancen a una velocidad más que adecuada. No se profundiza demasiado en el drama y eso hace que la historia resulte mas ligera, algo que resta intensidad a la película pero hace que resulte más llevadera. Digamos que El libro negro no pretende ser una lección de historia sino un brillante entretenimiento.
Técnicamente perfecta, la historia se beneficia de la espléndida presencia de la desconocida Carice van Houten, una actriz desbordante de sensualidad y belleza y que ha sabido captar como nadie en tono de la película con una interpretación compleja pero llena de frescura.