La crítica ha sido casi unánime, es un thriller excelente. Pues yo voy a llevar la contraria a los especialistas, y diré que es una película excelentemente rodada al servicio de una historia que se va desinflando como un globo. Me sorprende que semejante argumento haya entusiasmado tanto a algunos.
La película aguanta el tipo muy bien mientras dura el atraco. Spike Lee rueda con estilo y con garra, la historia parece interesante, la caja 392 aporta más misterio al asunto, pero todo se echa a perder en la última e interminable media hora. Y es que salvo M. Nigth Shyamalan, pocos guionistas están capacitados para esto de los finales sorpresa, y en este caso la cosa deja bastante que desear.
El trío protagonista es de auténtico lujo, y es evidente que los tres cumplen con su objetivo. Además sale el veterano Christopher Plummer que en su vejez está consiguiendo aportar clase y elegancia a cualquier personaje que interprete.
En cualquier caso, es de agradecer que Spike Lee deje de lado por una vez sus neuras habituales, y haga una película por el simple placer de entretener (aunque aquí solo lo consiga parcialmente).