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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son cuatro películas en siete años las que ha dirigido Daniel Sánchez Arévalo, y todavía no ha fallado en ninguna. Más bien al contrario, las cuatro son experiencias más que satisfactorias en lás que, pese a irregularidades varias, al final siempre consigue llegar directo al corazón de espectador. Jugando acertadamente con el drama y la comedia, sus películas van camino de convertirse en un género propio, y de eso, en el cine español, pocos pueden presumir.
La gran familia española, su última película, vuelve a ser una película que, en la línea de Primos, utiliza la comedia como material de base, para llegar al final por el camino de la emoción más sincera, aunque para ello haya tenido que perderse en altibajos narrativos que a punto están, durante buena parte del metraje, de hacerme dudar del primer párrafo que he escrito.
La gran familia del título está compuesta por cinco hermanos, todos chicos, bastante perdidos, un padre herido y una madre ausente. El más pequeño, Efrain, decide casarse a los dieciocho años con la chica de la que está enamorado desde pequeño. Ese día coincide con la final del mundial de futbol de 2010, final a la que por primera vez llagaba la selección española. Entre nervios, presencias incómodas y ausencias dolorosas el plan de boda sigue adelante con los invitados más pendientes del televisor que de la llamtiva ceremonia. Pero todo dará un giro cuando el padre de la familia sufra un amago de infarto que hace peligrar su delicada salud. A partir de ese momento el divertido enredo va poniendo en evidencia una serie de conflictos familiares que dejan un poso de tristeza y cierta melancolía, que elevan a la película muy por encima de lo que inicialmente aparenta.
El comienzo de la película resulta bastante irregular. Es como si Daniel Sánchez Arévalo intentara demostrar a toda costa que es un director original e ingenioso, una especie de Wes Anderson local. Y la verdad es que no le sale. Ninguno de los detalles, mas o menos excéntricos, que tratan de hacer de la película algo especial funcionan, desde las flechas que nos situan sobre la pantalla los (dos únicos) escenarios, hasta ese simpático baile con el que comienza la boda, más propio de una fiesta de fin de curso. Son pegotes de ingenio que no aportan nada a la verdadera esencia de la historia. Es más, me atreveria a decir que, incluso, el detalle de incluir la final del mundial como si fuera un protagonista más, resulta más brillante que necesario.
Pero llega un momento en el que todo este artificio pasa a un segundo plano, y las emociones verdaderas y los miedos y dudas que provocan los sentimientos más sinceros, se van adueñando de la historia y van haciendo mella en unos personajes que en su confusión conectan directamente con el espectador. Las historias de los dos trios que son el eje central del relato, así como la de ese padre que no ha conseguido superar el abandono de su mujer, conforman un crescendo dramático tan suave y ligero como emocionante, que culmina de forma admirable con un final tan inesperado como brillante.
Daniel Sánchez Arévalo cuenta además con el mérito añadido de haber descubierto para el cine a Quim Gutierrez, un actor no se si lo suficientemente valorado, pero que funciona a la perfección en la comedia y en el drama y del que el director ha conseguido siempre trabajos muy buenos. Junto a él un elenco eficaz en el que destaca la maravillosa presencia de Verónica Echegui, una actriz sensible, divertida y elegante que enamora a la cámara.
Tal vez sea esta película la más irregular de la carrera de Sánchez Arévalo, pero pese a todos los vaivenes que la ponen en peligro, la historia consigue sobreponerse hasta ofrecernos algunos de los mejores momentos de su corta filmografía. Ahora solo queda esperar con ganas su siguiente película.
ernesto
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