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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Comedia Bob Wilton (Ewan McGregor), un periodista que ha sido enviado a Irak, conoce allí a Lyn Cassidy (George Clooney), un soldado que asegura que ha sido adiestrado para usar su mente como arma. El creador de este revolucionario programa basado en la fuerza de la psique, y que podría cambiar las artes de la guerra, fue Bill Django (Jeff Bridges), que reclutó a hombres con ciertos poderes telepáticos para crear el Ejército de la Nueva Tierra. (FILMAFFINITY) [+]
8 de julio de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera de George Clooney ha estado asociada a la del menos conocido Grant Heslov en numerosas ocasiones en los últimos años. Además de participar como actor y productor en varias de las películas interpretadas o dirigidas por él, Grant Heslov fue el artífice, junto al propio Clooney, de Buenas noches y buena suerte, el mayor logro artístico de este último como director. Con esta película, de la que ambos fueron guionistas consiguieron que el mundo entero se fijara en ellos, puesto que con mucha inteligencia y estilo consiguieron hacer una de las aproximaciones más notables que ha dado el cine sobre el asunto de la caza de brujas.
Basándose esta vez en un guión ajeno, Gran Heslov debuta como director con una historia completamente distinta, donde el humor y la ironía son los ejes centrales de un relato que, por otra parte, se mantiene fiel a ese cine progresista del que Heslov y Clooney, aquí protagonista de la función, son los principales representantes.
La acción de Los hombres que miraban fijamente a las cabras nos lleva a la guerra de Irak, lugar al que llega un reportero que sin quererlo se encuentra con una historia que podría cambiar el curso de la guerra. Cuando conoce a Lynn Cassady este le habla de un nuevo comando del ejército americano que se entrena para luchar utilizando técnicas paranormales.
Con esta delirante premisa Grant Heslov dirige una comedia, no se si llamarla disparatada o delirante, en la que los gags y las excentricidades del argumento se imponen a la coherencia narrativa. Los hombres que miraban fijamente a las cabras es una película demasiado consciente de su gracia, demasiado empeñada en resultar brillante en cada secuencia y en cada giro de guión. Todo ello sin darse cuenta de que, aunque solo dure noventa minutos, acaba saturando a base de un ingenio tan calculado como artificial. Han querido ponerse estupendos mientras hacían cine político y comprometido y al final la película no consigue ninguno de los objetivos que busca. Al final la historia que cuenta la película solo provoca desinterés, y solo la gracia que desprenden algunas secuencias consigue que el espectador no se desentienda del todo.
Afortunadamente si hay algo que funciona a la perfección en esta película es un reaparto de actores excepcional, que aquí se desmelena con unos personajes disparatados a los que ellos se entregan con verdadera profesionalidad. George Clooney ha demostrado ya varias veces estar muy dotado para la comedia más física, mientras que Kevin Spacey y Jeff Bridges se convierten en lo mejor de la película, luciéndose con sus delirantes interpretaciones. Algo más descolocado está Ewan McGregor, pero es más por comparación con sus compañeros.
Ahora solo cabe esperar que en su próxima colaboración, sea de la naturaleza que sea, Clooney y Heslov no intenten ser los más listos y los más simpáticos y se limiten a hacer una película un poco más trabajada que esta.
ernesto
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