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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico Cuatro años después del desastre ocurrido en el Parque Jurásico de la isla Nublar, John Hammond revela a Ian Malcolm que existe otra isla en la que se criaban los dinosaurios antes de ser transportados a la isla Nublar. Ian, acompañado por dos expertos, deberá acudir a la isla Sorna para rescatar a una científica, aunque los planes cambiarán drásticamente. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la revolución que supuso Parque Jurásico en el terreno de los efectos especiales era muy difícil que esta segunda parte sorprendiera como lo hizo la primera. Ver dinosaurios resucitados corriendo por la pantalla ya no era algo novedoso, pero aun así Steven Spielberg se esforzó en dotar a El mundo perdido de las suficientes dosis de acción y espectáculo como para seguir resultando eficaz y entretenida.
Al igual que en Parque Jurásico el argumento de la película vuelve a ser una mera excusa para volver a sorprender al espectador con un festival de efectos especiales. Esta vez ya no es la isla Nublar, sino que sigue habiendo dinosaurios en otra pequeña isla donde se criaban antes de ser transportados a Nublar. La cosa es que Ian Malcom, el matemático de la primera parte y único personaje que repite junto con el creador del parque, acaba embarcado sin querer en una nueva aventura acompañado esta vez de su novia y su hija (que no falten los niños) y de un intrépido fotógrafo. Juntos tendrán que hacer frente a la gran corporación que está detrás de este negocio y que pretende trasladar y exhibir al T-Rex en Estados Unidos, en un claro homenaje final a King Kong.
Esta vez la película comienza de forma más trepidante, ya que no son necesarias las explicaciones. El espectador ya sabe lo que hay y no hace falta perder el tiempo metiéndole en situación. Así que los dinosaurios no tardan en aparecer, lo que le sirve a Spielberg para demostrar que sigue manteniendo el pulso en los momentos de tensión, alcanzando algún momento realmente brillante, como es la secuencia del ataque a la autocaravana, y muy especialmente la escena de Julianne Moore sobre el cristal.
Esta vez El mundo Perdido presenta una novedad frente a Parque Jurásico, y es que la acción sale de las selvas tropicales para trasladarse a Los Angeles. Pero en realidad esto solo sirve para que los técnicos de efectos especiales se luzcan, más si cabe, con la sucesión de destrozos que el T-Rex provoca por las calles de la ciudad. Pero no aporta ni un solo momento de acción que supere a los ya vistos con anterioridad.
En definitiva, El mundo perdido es una eficaz secuela que repite las virtudes de Parque Jurásico, pero con el hándicap de que ya la magia que había en aquella se ha perdido. Seguramente hayan perfeccionado los efectos especiales, pero esa gozosa sensación al ver a los dinosaurios por primera vez ya no se vuelve a repetir.
ernesto
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