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España España · bilbao
Voto de ernesto:
10
Ciencia ficción. Terror De regreso a la Tierra, la nave de carga Nostromo interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, MADRE, ha detectado la misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige entonces al extraño planeta para investigar el origen de la comunicación. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque ahora se cuestione a Ridley Scott en cada uno de sus estrenos, para mí siempre tendrá un hueco importante entre los directores de los siempre espero algo grande. Y es que en su filmografía se encuentran tres de la películas mas gloriosas, dieces indiscutibles en mis votaciones en esta página, que se han rodado en las cuatro últimas décadas. A falta de ver su ópera prima, Los duelistas, estas tres películas son Blade Runner, Thelma y Louise y Alien, el octavo pasajero, que he vuelto a ver, después de muchos años, y que sigue siendo una película vibrante y asombrosa que te deja pegado a la butaca, y que, todavía hoy en día, se mantiene insuperable como una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia.
Los dos principales hitos del cine espacial, en sus diferentes vertientes, hasta entonces eran 2001, Una odisea del espacio, y La guerra de las galaxias. Junto a ellas, este primer Alien marcó las pautas de todas las películas que en las siguientes décadas, con muchos mas medios y presupuesto, se han ido estrenando. La virtud de Alien es que es infinitamente más directa, más precisa y más eficaz que todo el cine posterior que, en la mayoría de los casos, ha intentado ocultar con toneladas de efectos digitales la falta de talento para ir directamente a la verdadera esencia de una historia.
La premisa argumental de Alien, el octavo pasajero es bastante sencilla. La Nostromo, una nave de carga, regresa a la Tierra tras un largo viaje. Pero este viaje será interrumpido inesperadamente. La tripulación recibe órdenes de variar su rumbo e investigar la procedencia de una extraña señal acústica proveniente un planeta cercano. Allí descubren los restos de una nave alienigena donde encuentran lo que puede ser una desconocida forma de vida. Inesperadamente uno de los exploradores es atacado por una ser desconocido que se le adhiere en la cara. Con el fin de ayudarle cometen el error de introducirlo en la nave. Y ahí comienza la pesadilla. Una caza implacable en el interior de la Nostromo en la que los siete tripulantes se enfrentaran a un ser asesino en constante transformación.
Lejos de la parafernalia grandilocuente que suele rodear estas historias (no hay más que remitirse a Prometheus, supuesto antecedente de esta historia dirigido también por R. Scott), en Alien no hay adornos innecesarios. El desarrollo de la historia es sencillo y contundente. No sobra ni falta ningún plano, ninguna escena, ningún giro del guion. Un guion que, por otra parte, pone las cartas sobre la mesa a las claras, sin trampas. Solo se permite un giro, que da un nuevo enfoque al relato, y que es de una eficacia tremenda, permitiendo además uno de los mejores momentos de la película.
Pero toda la destreza que demuestra el guion no sería lo mismo sin la soberbia dirección de Scott. Ya desde las primeras imágenes, con la cámara recorriendo las pasillos desiertos de la nave, la película consigue crear un clima tenso e inquietante que acompañará a la historia hasta su final. Con decorados y efectos absolutamente artesanales, el prodigio técnico al que asistimos es mucho más impactante que el de la más cara de las producciones actuales.
Desde el momento en el que comienza la caza en el interior de la nave la película adquiere un ritmo vertiginoso, magistral, que culmina en unos últimos veinte minutos de infarto. Para el recuerdo quedan algunas secuencias que no han perdido ni gota de su fuerza y siguen resultando aterradoras. El momento en el que el alien surge de las entrañas de uno de los personajes, el primer plano del gato que presencia una de las muertes, o el tenso rostro de Ripley ante la proximidad del alien entre luces intermitentes, son solo algunos momentos inolvidables en una película que es un clásico indiscutible de la historia del cine.
Además esta película nos dio a conocer a un personaje que se acabaría convirtiendo en un icono dentro del cine de acción, y que posteriormente protagonizaría todas las secuelas de la serie. Al principio de la película es una mas. Al final la teniente Ripley es sencillamente una Diosa, imponente y deslumbrante. La encarnó una jovencísima Sigourney Weaver, que encabezaba un reparto sin estrellas pero con varios actores ilustres, entre los que destacaba el británico Ian Holm como el sorprendente Ash.
ernesto
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