Haz click aquí para copiar la URL
España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Drama. Romance Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
26 de diciembre de 2006
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película corría el riesgo de envejecer mal. Las películas con una estética tan marcada no suelen soportar bien el paso del tiempo. En este caso, tengo que decir que trece años después (como pasa el tiempo!!) me sigue pareciendo un historia sensual, atractiva, desgarrada y poética.
La historia de Ada, una mujer que decidió dejar de hablar voluntariamente a los seis años, casada por poderes con un hombre al que no conoce. Su vida cambia tras trasladarse a Nueva Zelanda. Allí conoce el infierno, pero también la pasión.
Jane Campion envuelve esta historia en unas imágenes fascinantes, de un gusto extraordinario. Hay veces en las que esta fascinante estética se impone por encima de la pasión y la fuerza de la historia, pero aun así la directora consiguió momentos que no se han vuelto a ver en una película.
La frialdad de la que peca en algunos momentos se ve compensada con la intensidad de otros que siguen resultando tremendamente emocionantes. Los dos momentos en los que Sam Neill agrede a Holly Hunter, las escenas mas eróticas entre ella y Harvey Keitel, o el poético final bajo las aguas son momentos francamente notables. Todos ellos acompañados por la inolvidable música de Michael Nyman. Pocas veces música e imágenes han hecho tan buena combinación como en este caso.
El reparto femenino de la película se llevo el máximo reconocimiento del año, el Oscar, en un año en el que el premio a la mejor actriz protagonista tenía candidatas de excepción. Holly Hunter, sin decir una palabra, transmitía todas las sensaciones y sentimientos de Ada con la fuerza de su mirada. La vivaz e inquietante niña también estuvo a la altura (aunque el Oscar le venga grande). Junto a ellas la sobriedad y clase de dos actores, Sam Neill y sobre todo un contenido Harvey Keitel, completaban el excelente reparto.
Si Jane Campion se hubiera desatado más en el terreno de los sentimientos, si hubiera hecho una película además de impecable, también arrebatada e intensa (que lo es, pero podía haberlo sido mucho más), estaríamos ante una obra maestra del cine romántico. No llega a serlo pero es una película muy notable.
ernesto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow