C.R.A.Z.Y es el más claro ejemplo de como hacer una película ligera, ingeniosa, divertida y entretenida, partiendo de temas mucho más profundos, complejos y difíciles de tratar. Sus más de dos horas no pesan en ningún momento porque el ritmo es fluido, la historia engancha y no se pierde el buen gusto en ningún momento.
La historia de este chico de sexualidad confusa se ha visto muchas veces en el cine tratada desde diferentes ópticas, y en este caso Jean Marc Vallee acierta con la variada gama de registros que tiene la historia, que van desde lo mas frívolo y divertido hasta momentos de verdadera emoción. Finalmente, y tras un largo viaje en el que el protagonista aprende a aceptarse, llegamos a un final triste y esperanzador a la vez que te pone un nudo en la garganta.
Dando vida a estos entrañables personajes, llenos de dudas, contradicciones y cometiendo errores permanentemente, hay una serie de actores rebosantes de naturalidad entre los que destacaría el trabajo de la actriz que encarna a la madre del protagonista. Su personaje es el más coherente y sensato (como lo es también casi siempre en la realidad), y la actriz resulta maravillosa.
La dirección dinámica y atrevida de Jean Marc Valle y una selección de canciones extraordinaria, perfectamente colocadas a la largo de la película hacen de C.R.A.Z.Y una experiencia muy disfrutable.


*** Quince años después me ha gustado mucho menos.