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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Intriga A casa de dos estudiantes van llegando los invitados a una especie de fiesta de fin de curso. El invitado que más temen es su tutor y profesor, un astuto criminólogo que sostiene que el crimen perfecto no existe, aunque ellos se han propuesto demostrar lo contrario. En efecto, con su llegada crece cada vez más la tensión y el nerviosismo de los jóvenes. Y no es para menos, porque tienen un cadáver encerrado en el arcón que sirve de mesa para la cena. (FILMAFFINITY) [+]
5 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El suspense y Hitchcock son una de las parejas que mejor han funcionado en la historia del cine. Me atrevería a decir que en todas sus películas el suspense es el eje central sobre el que giran las tramas, y seguramente es la parte que mejor resuelve en todas sus historias.
En el caso de La soga todo esto se acentúa, ya que se trata de una historia que se desarrolla en un espacio único, sin más posibilidades que las que ofrece la propia intriga del relato, y el suspense de la situación. Desgraciadamente en este caso nada de todo esto está a la altura del mejor Hitchcock que conocemos. Una vez terminada la película lo que más se recuerda, de hecho es por lo que es históricamente recordada, es el supuesto plano secuencia de ochenta minutos en el que está rodada.
La historia es bien sencilla. Una pareja de estudiantes organiza una fiesta en su apartamento. La intención de toda esta fiesta es demostrarse a si mismos que el crimen perfecto existe. Para ello matan a un tercer compañero, también invitado a la fiesta, y lo ocultan dentro del arcón que ejerce de mesa en la que se pone la cena. Entre los invitados están la novia del muerto y un ex-profersor de los asesinos, al que interpreta James Stewart, que será el encargado de ratificar, o no, la tesis de la parejita en cuestión.
El suspense de la historia está en saber cual de los detalles que han quedado en el aire les va delatar, o si el asesinato ha sido tan impecable como ellos piensan. A medida que la casa se va llenando de gente es cuando empiezan a salir a la luz las preguntas incómodas y las situaciones imprevisibles. La verdad es que todo este suspense en el que se basa la historia resulta bastante limitado. Nada de lo que sucede resulta tan significativo como para generar tensión, y solo en dos momentos se alcanza el punto preciso para que el espectador se sienta incómodo. Especialmente destacable es la escena en la que la criada recoge la mesa en primer plano, mientras que los personajes están a otra cosa.
Puesto que la película es una pieza de cámara, es precisamente esta la verdadera protagonista. El plano secuencia de ochenta minutos obviamente no existe y lo que hay son varios planos secuencia más cortos enlazados mediante fundidos en negro muy poco sutiles. Es por eso que me soprende el reconocimiento que tiene la película en ese sentido. Más originales y acertados resultan los ángulos desde los que percibimos la acción y los movimientos envolventes de la cámara, que son los auténtico creadores de la atmósfera que desprende la película.
Supongo que con un remate a la altura de las circunstancias estaría hablando de otra de las grandes películas de Hitchcock, pero desgraciadamente todas las deducciones que llevan al personaje de James Stewart a la conclusión están tan cojidas con pinzas que la historia acaba perdiendo cualquier credibilidad.
Seguramente La soga sería notable para cualquier director, pero siendo Hitchcock se queda bastante corta.
ernesto
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