Si hace un par de años Resacón en Las Vegas supuso la cumbre desmadrada del subgénero de las despedidas de soltero, si es que esto realmente existe, este año han sido las chicas las que han querido dar su versión de los hechos. Y aunque las chicas han demostrado no ser tan salvajes como los chicos, la película La boda de mi mejor amiga (premio de originalidad para el título en castellano) ha llenado los cines de gente, risas e, incluso, buenas críticas, aunque en algún caso no hayan podido evitar caen en la vulgaridad de manual algo que no les pasaba a sus colegas masculinos, que también se revolcaban en la vulgaridad, pero lo hacían aportando un poco más de ingenio.
La boda de mi mejor amiga cuenta la historia de Annie, una chica que ha llegado a los treinta y tantos con el mismo grado de madurez vital que una adolescente. Mantiene una realción puramente sexual con un chulazo, aunque a ella le gustaria que fuera algo mas, tiene un trabajo en el que cada día le restriegan por la cara lo mediocre de su vida, su madre, encantadora, la sigue viendo como a una chiquilla descarriada, y para colmo su mejor amiga decide casarse y la elige a ella como dama de honor principal junto a otras cuatro chicas. Justo lo que ella necesitaba para que su autoestima cayera por los suelos. Afortunadamente Annie tiene la suficiente energía y humor para salir adelante con todo esto y, además, con un policía que está decidido a que encarrile nuevamente su vida por el buen camino.
Entre los créditos del director Paul Feig se encuentran capítulos de algunas de las comedias televisivas más relevantes de los últimos años como Arrested development, The office o Weeds, mientras que Kristen Wiig, guionista, intérprete y principal impulsora de la película, es uno de los rostros más brillantes del mítico Saturday Night Live entre otras muchas cosas. Así que las posibilidades de conseguir que La boda de mi mejor amiga fuera una gran comedia eran notables. El resultado es más que digno, muy eficaz, y con un personaje protagonista que se sale de lo común en este tipo de películas. Annie es una mujer mucho más cercana a la realidad que la mayoria de protagonistas femeninas de comedias románticas, y es muy fácil, da igual ser hombre o mujer, verse reflejado en muchas de las cosas que le pasan. La poderosa presencia de la actriz Kristen Wiig, rebosante de un brillante ingenio, hace el resto para elevar la película por encima de la media. El resto de actores le sirven de excelente coro, del que destacan especialmente Rose Byrne, Melissa McCarthy, y Jon Hamm que rompe con su impoluta imagen de la serie Mad Men, y que junto a la protagonista consiguen uno de los arranques más divertidos que he visto en una película desde hace mucho tiempo.
(sigue sin spoiler)