La primera la recuerdo con simpatía, y en la segunda me perdí en el minuto dos y no me volví a enterar de la fiesta (la tendré que volver a ver, tal vez fuera un mal día). Con estos antecedentes todo hacía presagiar que esta tercera sería aun peor. Pero no, me lo he pasado francamente bien viéndola, incluso me he reído en varios momentos, y eso que esto es algo que me cuesta hacer en el cine.
La película se mueve en la misma onda que las anteriores, solo que esta vez lo hace con un guión más sencillo y fácil de seguir, con lo que ya no tengo que perder el tiempo descifrando el argumento y me pudo divertir sin complicaciones.
Ocean's Thirteen resulta una película a ratos trepidante y siempre divertida hecha por un grupo de personas que se lo están pasando pipa trabajando juntos, y eso se contagia a la propia película.
Steven Soderbergh demuestra una soltura de la que a veces carece en su cine más serio (Traffic a parte) y el reparto funciona a las mil maravillas. La química entre todos ellos es perfecta, incluida la de los nuevos fichajes, Al Pacino (con un doblaje horrible), y la todavía atractiva Ellen Barkin, por la que los últimos diecisiete años han pasado mucho mejor que por el propio Pacino, con quien hizo en su día la muy atractiva Melodía de Seducción.