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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Comedia. Drama. Thriller En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A falta de Almodóvar y Amenábar, Alex de la Iglesia ha sido el director español que más expectación ha levantado durante 2010 con su película, Balada triste de trompeta. Ya desde su mismo rodaje, y aprovechando la presencia del director y Presidente de la Academia de Cine en los medios , la película ha sido uno de los proyectos más esperados. Algo que se confirmó con su exitosa participación en el Festival de Cine de Venecia.
Una vez estrenada, la película ha despertado opiniones para todos los gustos, y es que Balada triste de trompeta es una película extrema, donde los excesos narrativos y visuales se combinan con un talento desbordado que no siempre encuentra la forma adecuada de ser canalizado.
La historia comienza de forma arrolladora en el año 1937. Una recreación de imágenes fascinantes nos sumerge en la vida de un circo, en plena Guerra Civil. Los hechos que allí suceden, y que Alex de la Iglesia nos cuenta de forma soberbia serán el germen de la historia que transcurrirá décadas después. El hijo del payaso del circo quedará marcado para siempre por aquellos acontecimientos. Varios años mas tarde, ya de adulto, volverá a trabajar en un circo. Él será el payaso triste y su enfrentamiento con el payaso alegre por el amor de la trapecista será antológico.
Tras un arranque lleno de fuerza visual y narrativa, y que nos mantiene pegados a la butaca los primeros quince minutos de película, la historia de un salto de más de treinta años para transformarse en algo completamente distinto. Parece que la intensidad de la historia se mantiene, pero la sucesión de acontecimientos se descontrola de tal forma que no puede evitar pisar en falso en varios de sus muchos e increíbles giros. La potencia visual es tal, que resulta imposible despegar los ojos de la pantalla, algo que nos impide ver todos los agujeros de un guión que no sabe medir bien la coherencia de la narración. Así, llegamos exhaustos a un final que pretende ser alucinante pero se queda en agotador.
No solo de imaginación visual vive el director. También se defiende como excelente director de actores. Antonio de la Torre y el genial Carlos Areces hacen trabajos soberbios, acompañados por una galería de secundarios, que como es habitual resulta gloriosa. Algo perdida está, en cambio, el descubrimiento femenino de la película, Carolina Bang.
Balada triste de trompeta es una película que ha recibido cantidad de calificativos, buenos y malos, y seguramente todos son ciertos. Y ese es un mérito que pocas películas, y pocos directores consiguen. Provocar sensaciones. De lo que no cabe duda después de ver la película es que Alex de la Iglesia es un verdadero director de cine.
ernesto
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