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Voto de fresenius:
9
Drama Segunda mitad del siglo XVII. Dos jóvenes jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su mentor, el conocido misionero Padre Ferreira. Los últimos rumores indican que, tras ser perseguido y torturado, Ferreira ha renunciado a su fe, algo difícil de creer para los sacerdotes que parten en su búsqueda. En Japón ellos mismos vivirán el suplicio y la violencia con que las autoridades japonesas persiguen a los cristianos, a los que ... [+]
26 de marzo de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que Martin Scorsese se acerca en sus películas al planteamiento de lo que, sospecho, es algo muy importante en su propia experiencia vital como es la prueba de fe, la duda de la existencia de Dios o la imposibilidad de sentir su presencia por mucho que la implores. Y lo vuelve a hacer ahora, ya con una avanzada edad y cuando no tiene que demostrar absolutamente nada a nadie, con total libertad para regalarnos una película importante que seguro no será apreciada por todo aquel que se acerque a ella sin previo aviso sobre lo que va a ver, sobre lo que va a aprender, que aquí se aprende y mucho, sobre lo que va a reflexionar mientras y después de su visionado.

Esta historia de dos jesuitas portugueses que viajan al Japón de mediados del siglo XVII en busca de otro misionero que ha apostatado de su fe está basada en una novela histórica de Shusaku Endo, escritor japonés que además era católico y que precisamente trata en su novela los dilemas morales derivados de la religión y las consecuencias sobre las personas que pueden dar lugar estos dilemas.
Tenemos entonces que por una parte es cine histórico, sobre la represión del catolicismo en Nagasaki y las islas del sur del Japón después de la rebelión de Shimabara (1637), pues los dos padres jesuitas llegan a Japón alrededor de 1643. La calidad cinematográfica de la cinta es innegable, sin estridencias ni planos grandilocuentes, con el minimalismo tan necesario y propio del contexto en el que se desarrolla pero que requiere también del acierto en los encuadres. Scorsese es un maestro que además se ha preocupado de tener una espléndida fotografía, tanto de paisajes como de interiores, y un diseño de producción muy bueno que se palpa en el cuidado que se tiene por la recreación histórica de todo lo que se ve, de todo lo que se utiliza, de los rituales que se representan, …, y más si tenemos en cuenta que la película no está rodada en Japón, sino en Taiwán y, por lo que se ve, con una climatología infame. Imposible no recordar los “Cuentos de la Luna pálida de agosto” de Mizoguchi en esos recorridos en barca entre la niebla.

Pero además de cine histórico, lo más importante es que es cine sobre religión, que no religioso, donde los propios dilemas del director y del novelista se ven reflejados en estos jesuitas y esto, quizás, no sea plato del gusto masivo del público. El caso es que particularmente a mí sí que me interesa y valoro como muy positiva la capacidad que tiene el director para saber transmitir las dudas y dilemas del protagonista cuando siempre me acerco a estos temas desde un agnosticismo muy cercano al ateísmo.

A partir de aquí se puede considerar que hay spoilers, por lo que paso a la zona spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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