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España España · Barcelona
Voto de Ara:
2
Fantástico. Aventuras. Acción Después de haber recuperado el reino del Dragón Smaug en la montaña, la Compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado con las enormes riquezas en su poder, el rey enano Thorin se vuelve codicioso, mientras Bilbo intenta hacerle entrar en razón haciendo algo desesperado y peligroso. Pero hay aún mayores peligros por ... [+]
22 de diciembre de 2014
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos por el principio: esta trilogía está hecha a partir de un libro de 300 páginas. Si de aquí quieres sacarte tres peliculotes y además hacerla llegar a un público lo más comercial y amplio posible, son evidentes dos cosas: 1- Habrá conexiones con la trilogía anterior, a veces utilizadas para vincularlas pero casi siempre de relleno y 2- Cada página se alargará hasta la saciedad, sacándole toda la chicha habida y no habida para conseguir llenar un total de unas 8 horas de metraje. Creo que es necesario ir al cine con esta premisa en mente, con esta y con la de estar ante una superproducción cuyo fin último es agradar al gran público con las florituras que sean necesarias. Y, por supuesto, sacarle toda la tajada del mundo.

Dicho esto, y bajo la perspectiva de un fan de Tolkien y de la trilogía anterior como yo, las dos primeras películas son más que pasables. Tienen muchos fallos, no son fieles al 100% a la obra en la que están basadas, pero se desprenden las ganas de hacer un producto digno. Poca queja tengo sobre ellas. Pero esta perlita de tercera película solo se la recomiendo a quienes deseen arrancarse los ojos de cuajo para dejarlos encima de la mesita sangrando y lagrimando hasta que se sequen.

Dudo que algún fan no vaya a despotricar ante lo visto, y no es para menos. Solo recuerdo una película hasta la fecha en la que haya deseado tanto salir del cine: "La liga de los hombres extraordinarios". Y no es porque la película sea deleznable (que lo es para mí, pero por otros motivos más allá de la calidad. Todos hemos visto bodrios con conciencia de estar viendo bodrios), sino porque no es digna de ninguna de las obras anteriores de Peter Jackson. Es más, igual Jackson ya no está entre nosotros y la ha dirigido otro, que sería la teoría lógica si no apareciera en los créditos. Igual es pretencioso por mi parte, pero esperaba más de él.

Porque resulta difícil de creer que alguien capaz de hacer una adaptación tan magnífica como la de El Señor de los Anillos, alguien que ha logrado que el convertir en adaptación cinematográfica una obra de culto no levante prejuicios entre los fans por los posibles errores a cometer, haya acabado su trabajo con Tolkien de una manera tan burda, tan alejada del nivel al que nos tiene acostumbrados. Porque al final uno se siente en el cine como expuesto a una cámara oculta durante dos horas y media, mientras navega entre la perplejidad, la risa y la indignación.

Así que aquí lo que importa no es la fidelidad a la obra original. Hay que ser iluso para entrar en la sala esperándola, ante todo porque hablamos de cine y de una obra literaria breve y cercana al género juvenil. Aquí el drama es la tomadura de pelo en la que desemboca todo ello, ofreciendo una película mediocre (siendo generosos) para cualquier tipo de espectador. ¿Quién querría leer el libro después de un final como este? ¿Alguien se interesaría por el mundo de Tolkien ante semejante atrocidad? Precisamente Tolkien debe estar removiéndose en su tumba ahora mismo.

A partir de aquí, si alguien es capaz de hacer críticas sobre escenas concretas, le animo a hacerlo y le admiro por ello. Porque, sinceramente, yo ni tengo palabras para hacerlo.
Ara
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