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España España · Murcia
Voto de Parrish:
8
Comedia. Drama Dos hermanos, Wendy (Laura Linney) y Jon (Philip Seymour Hoffman), que no se han visto durante años, se ven obligados a convivir de nuevo para cuidar de su padre enfermo, con el que no se hablaban desde hacía veinte años. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2008
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a [inserte aquí el ente superior que domina el universo según su religión favorita], hay una categoría en los Oscars que siempre goza de buena salud: El guión original. Este año no ha sido una excepción: Michael Clayton, Juno, Ratatouille, Lars and the real girl y La familia Savages. Y es ésta última la que me faltaba por ver. Y no me ha decepcionado. Y oiga, que yo partiría la estatuilla en más de un fragmento.

Tenemos a Wendy y John, dos hermanos unidos por el afán literario y el fracaso de su vida sentimental. Wendy (Laura Linney), rozando la cuarentena, es insegura, adicta a los calmantes, mentirosa, y tiene un novio [casado] que goza de el mismo atractivo que Freddy Kruguer con tortícolis, además de un gato insípido y una planta condenada al olvido. John (Philip Seymour Hoffman) por su parte, tiene pánico al compromiso y a los plazos marcados por su editor. Como era de esperar, algún punto de inflexión ha de unir sus vidas para reafirmar su personalidad y esquivar sus problemas, papel que en este caso recae en la cercana muerte de su padre, que se ha dejado caer en brazos de una demencia senil causada por una enfermedad sin identificar [yo apostaría por la vida].

¿Dónde están los méritos, pues, de esta obra? En tres pilares básicos: 1)El guión de Tamara Jenkins, que es sutíl, lúcido, dramático como él sólo y a la vez amargamente divertido. 2) La dirección de Tamara Jenkins, que escenifica perfectamente el infierno soleado en el que pretendemos pasar nuestra vejez (en forma de Sun City, en esta ocasión, una ciudad que yo asimilaría a los barrios fantasma que Polaris World hace proliferar en mi tierra para el retiro de todo buen noruego con ansias de pústulas y sol) , y que hace proliferar personajes inexistentes en determinadas escenas para que jueguen un importantísimo papel narrativo (véase, como ejemplo, el valor que pueden llegar a tener en esta cinta un globo de helio o un simple cojín rojo ). 3) Las geniales interpretaciones de esos dos monstruos de la interpretación que son el hiperpremiado Philip Seymour Hoffman y la no tan reconocida Laura Linney, que se come todas sus escenas como hacía tiempo que no veía a nadie.

En fin, un auténtico atolladero de infelicidad y alegría, de cordura y surrealismo, de actuaciones portentosas o personajes documentales.

Que me gusta la categoría de mejor guión original. Que me gusta.
Parrish
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