Media votos
6,3
Votos
1.936
Críticas
21
Listas
65
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Rdosdedos:
9
7,4
6.259
Serie de TV. Animación. Thriller. Intriga. Fantástico
Serie de TV (2004). 1 temporada. 13 episodios. Una diseñadora gráfica de Tokyo, autora de una mascota muy popular, es la envidia de todos sus compañeros de trabajo y, al mismo tiempo, por ello, sufre una cierta depresión porque la dejan de lado, además de la presión de su jefe para la creación de una nueva mascota con tanto reclamo como su anterior trabajo. Un día, regresando a casa de noche, es atacada violentamente y recibe un golpe, ... [+]
7 de enero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paranoia Agent es una serie de TV creada y dirigida por el director de animación japonés, y en menor medida dibujante y guionista de cómics, Satoshi Kon — Perfect Blue (1998) o Paprika (2006) — dividida en 13 episodios de 24 minutos, cada uno de ellos autoconclusivo. El único trabajo televisivo del cineasta, que dedicó su casi perfecta y corta carrera a la gran pantalla, con cinco películas estrenadas y una a medias — The Dream Machine —, a raíz de su muerte prematura por cáncer en mayo de 2010, con sólo 46 años.
La serie habla sobre diversos problemas o peculiaridades de la sociedad japonesa actual, enlazados mínimamente entre ellos a través de Shonen Bat (El chico del bate), un criminal en patines que usa su bate como arma para asaltar a sus víctimas. Satoshi Kon explora así la sociedad contemporánea, siempre bajo su peculiar visión del mundo y de hacer cine y aprovecha para reunir en un sólo trabajo historias que había imaginado durante la realización de sus otras películas, pero que por un motivo u otro, no pudo incluir.
Y a partir de aquí es todo spoiler.
La serie habla sobre diversos problemas o peculiaridades de la sociedad japonesa actual, enlazados mínimamente entre ellos a través de Shonen Bat (El chico del bate), un criminal en patines que usa su bate como arma para asaltar a sus víctimas. Satoshi Kon explora así la sociedad contemporánea, siempre bajo su peculiar visión del mundo y de hacer cine y aprovecha para reunir en un sólo trabajo historias que había imaginado durante la realización de sus otras películas, pero que por un motivo u otro, no pudo incluir.
Y a partir de aquí es todo spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es complicado intuir el desenlace final, y aunque desde más o menos el principio de la serie podamos entender que Shonen Bat no existe, que es producto de una sociedad malsana, por los motivos que fueren, no resta ni un ápice de intriga, misterio o emoción, sorpresa. Paranoia Agent tiene el placer de contar con capítulos de todos los tonos. Es fascinante, porque cada sesión puede parecer una película de hora y poco, teniendo en cuenta su profundidad. No estamos ante uno de esos animes de carácter comercial donde diez minutos se van entre opening y ending.
En Paranoia Agent, además, podemos atisbar tics recurrentes en el resto de la filmografía del japonés, y es que muchas veces se puede ver en la pantalla Perfect Blue (1997), al hablar de un thriller de importante atmósfera y dobles personalidades y personajes muy extravagantes y oscuros. Podemos ver también Millennium Actress (2001) en el juego realidad-fantasía, empleado con recurrencia, o en la idealización de una querencia como algo que influye directamente en la forma de ser del individuo y lo marca. O Paprika (2006), en la desbordante imaginación para retratar un mundo totalmente anárquico exento de cualquier ley del planeta Tierra. Pero destaco sobre todo Perfect Blue — en mi opinión su obra maestra junto a esta misma, a Paranoia Agent — porque tanto en ésta como en la serie que tratamos se habla de la magnitud de lo social como conjunto, y de lo que es capaz de crear, aunque éste se manifieste como algo irreal. Maromi y Shonen Bat como contraposición entre la felicidad y la muerte y la destrucción, como dos fenómenos sociales que asustan y repudian y en Perfect Blue el movimiento idol y la fama, un mundo aparentemente de rosas, que puede esconder mucho más de lo que enseña a primera vista.
Al final nos encontramos ante una paranoia colectiva. Un fenómeno surgido a partir de la mente de una única persona, un fenómeno que se expandió como la pólvora; una mentira que se convirtió en leyenda. Shonen Bat no significa ni es nada, sólo un McGuffin, el leitmotiv psicológico de la serie, que se utiliza como nexo entre los distintos personajes que la habitan. Todos tenemos problemas a lo largo de nuestras vidas, todos fracasamos y todos nos intentamos evadir alguna vez. Y Satoshi Kon, un cineasta fantástico cuya corta trayectoria da muchísimo de sí, aprovecha este hecho para destripar a modo de pequeñas píldoras el Japón contemporáneo, un sitio lleno de problemas y taras mentales, como cualquier otro del mundo, a modo de thriller. Acordarnos durante el visionado de directores como David Lynch no es nada complicado. La animación es un medio idóneo para contar estas historias, porque retratar la plasticidad de los sueños en el cine de carne y hueso tiene límites, pero aquí no. Y es así como Satoshi Kon alcanza sus mayores cotas como cineasta. Una serie imprescindible.
Crítica publicada originalmente (y de forma más extensa) en: http://cuentosdelalunapalidadeagosto.blogspot.com.es/2015/01/analisis-en-profundidad-paranoia-agent.html
En Paranoia Agent, además, podemos atisbar tics recurrentes en el resto de la filmografía del japonés, y es que muchas veces se puede ver en la pantalla Perfect Blue (1997), al hablar de un thriller de importante atmósfera y dobles personalidades y personajes muy extravagantes y oscuros. Podemos ver también Millennium Actress (2001) en el juego realidad-fantasía, empleado con recurrencia, o en la idealización de una querencia como algo que influye directamente en la forma de ser del individuo y lo marca. O Paprika (2006), en la desbordante imaginación para retratar un mundo totalmente anárquico exento de cualquier ley del planeta Tierra. Pero destaco sobre todo Perfect Blue — en mi opinión su obra maestra junto a esta misma, a Paranoia Agent — porque tanto en ésta como en la serie que tratamos se habla de la magnitud de lo social como conjunto, y de lo que es capaz de crear, aunque éste se manifieste como algo irreal. Maromi y Shonen Bat como contraposición entre la felicidad y la muerte y la destrucción, como dos fenómenos sociales que asustan y repudian y en Perfect Blue el movimiento idol y la fama, un mundo aparentemente de rosas, que puede esconder mucho más de lo que enseña a primera vista.
Al final nos encontramos ante una paranoia colectiva. Un fenómeno surgido a partir de la mente de una única persona, un fenómeno que se expandió como la pólvora; una mentira que se convirtió en leyenda. Shonen Bat no significa ni es nada, sólo un McGuffin, el leitmotiv psicológico de la serie, que se utiliza como nexo entre los distintos personajes que la habitan. Todos tenemos problemas a lo largo de nuestras vidas, todos fracasamos y todos nos intentamos evadir alguna vez. Y Satoshi Kon, un cineasta fantástico cuya corta trayectoria da muchísimo de sí, aprovecha este hecho para destripar a modo de pequeñas píldoras el Japón contemporáneo, un sitio lleno de problemas y taras mentales, como cualquier otro del mundo, a modo de thriller. Acordarnos durante el visionado de directores como David Lynch no es nada complicado. La animación es un medio idóneo para contar estas historias, porque retratar la plasticidad de los sueños en el cine de carne y hueso tiene límites, pero aquí no. Y es así como Satoshi Kon alcanza sus mayores cotas como cineasta. Una serie imprescindible.
Crítica publicada originalmente (y de forma más extensa) en: http://cuentosdelalunapalidadeagosto.blogspot.com.es/2015/01/analisis-en-profundidad-paranoia-agent.html