Qué lástima que no tuvo una temática que interesara a los adultos, y no sería tan traído de los pelos, pues Nik se dedica a la sátira política, si bien local, podría haber sido un guión universalizado si se hubiera dirigido a una crítica de la política mundial, que hay abundante material para ello. Creo que Nik y Gaturro pueden considerarse la Mafalda de la actualidad. Al direccionarse hacia un personaje infantil de kindergarden, pierde el alma y el sentido último de su personaje, cosa que no ocurrió en las diferentes versiones animadas de Mafalda. La cáscara vacía de Gaturro sólo puede entretener a los más chiquitos. Para los adultos hay aburrimiento asegurado. Excepto que se la pueda visionar en 3D y uno se entretenga en esta novedosa y espectacular tecnología. ¿Por qué la fui a ver? Por ser la primera película totalmente animada y en 3 D de factura casi argentina. Claro que en realidad es un trabajo hecho por encargo a los que dominan esta técnica, que en este caso son los Indios. De México sólo nos queda el español neutro con el que hablan los personajes. De Nik nos queda nada más que el diseño exacto de sus dibujos en 2 D que habitan algunas revistas y diarios argentinos. De crítica política nada de nada. De emoción y deslumbramiento al estilo de la saga TOY STORY (así, con mayúsculas), de la factoría Disney-Pixar, tampoco nada de nada. Sí tiene algo argentino de este tipo de películas animadas dirigidas a los más chicos: parece calcado el argumento y la acción a algunas películas de dibujitos de García Ferré, al estilo Manuelita o Trapito. Por momentos me pareció que estaba viendo una de las películas de Ferré que ya de chico me aburrieron sobremanera (a excepción de su maravillosa primera película Mil intentos y un invento), que yo visioné por mis nueve o diez años, y la revisioné en dos o tres ocasiones y siempre me gustó y entretuvo. Creo que a los menores de 8 años Gaturro les gustará mucho. En cuanto a nosotros los argentinos, muy buena coproducción, pero los laureles técnicos se los llevan los indios. Sugiero al director Gustavo Cova que vuelva a la animación dirigida a los adultos, al estilo Boogie el aceitoso (también en 3 D), la cual no está nada, pero nada mal, o la animación de culto para televisión City Hunters.