"Los chicos del coro" es un "remake" de una película francesa de 1.945, "La Cage aux rossignols", además de un híbrido descarado entre "Cinema Paradiso" (ese prólogo y ese epílogo, donde el Morhange adulto comparte algo más que la misma cara que el Toto adulto del filme de Tornatore) y la cinta de Malle que da título a la crítica. ¿Puede salir algo original de tanto, digamos, homenaje?

Evidentemente, no. Pero eso no quita que Barratier haya combinado con extraordinario acierto los mimbres de los que disponía, y haya conseguido así una obra tierna, sencilla y emotiva, sustentada en las maravillosas interpretaciones de todo el elenco. Hitchcock dijo una vez que no se debería trabajar ni con niños ni con animales, pero el director francés le enmienda la plana al mago del suspense, logrando que sus jóvenes actores den lo mejor de sí mismos.

¿Sensiblera, cursi? Puede, pero en su justa medida. El director sabe, desde luego, qué botones pulsar para provocarnos la lágrima o la emoción, y los pulsa todos (el amor imposible, la injusticia, los malos tratos...), pero no se regodea en ello, y evita con estilo hundirse en los farragosos pantanos de la pedantería. Muy recomendable, en definitiva.