Mala y sobrevalorada película del también sobrevalorado Tarantino.

Una simpleza del montón, más larga que un día sin pan, que no aporta nada nuevo al tan trillado tema nazi/judío, con alguna escena y diálogo interesante del nazi cazajudíos Hans Landa (lo único reseñable de la película es su personaje) y cierta calidad visual que no logran salvar la película del sopor generalizado que produce la tediosa repetición del cliché del que Tarantino parece no saber salir.
El resultado: me dormí un par de veces.

Tarantino en realidad es un director mediocre elevado injustamente a la categoría de genio, que vive de rentas a partir del guión circular del film Pulp Fiction, pero que de original no tiene nada porque gran parte de su éxito reside en la copia descarada de grandes del cine como Sergio Leone o Sam Peckinpah. Claro que para sus fanáticos nunca será copia, sino homenaje.