La última adaptación del clásico de Louisa May Alcott supone una película muy agradable de ver, de esas que por alguna razón transmiten felicidad, puede que por las contagiosas risas de las hermanas o el amor que desprenden, aun así impregnado de los típicos roces de los que ninguna relación familiar se salva y que facilitan la identificación de los espectadores con alguna de las hermanas.

Es la típica película romántica sin una trama muy potente y que sin embargo no resulta tediosa debido al constante cambio de escenario y la simultaneidad de varios mini-dramas.
Es la película perfecta para transportarse a otro mundo mientras nos olvidamos de nuestra vida y nos alegramos con los éxitos y las desgracias de las protagonistas, a las que se coge cariño desde el primer momento.
Además, los problemas amorosos no se resuelven hasta el último momento y nos mantienen en vilo hasta el final de la película, dando lugar a más de una sorpresa.