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Voto de Niccólito:
10
Ciencia ficción. Intriga. Thriller Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razon todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres ... [+]
13 de abril de 2007
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace ni un minuto que mi rostro ha vuelto a reflejar el color de la esperanza, esperanza tendida en el hermoso puente de imágenes, música e ideas, que el gran cineasta que es Alfonso Cuarón ha tejido con sus manos para todos nosotros. Motivo no sólo de alegría, para todos los que amamos el cine, si no de despertar al mundo que nos rodea es esta obra de arte que aún no ha sido descubierta por muchos, pero que en los ojos en los que ha vivido los ha cambiado para siempre. No quiero hablar ni revelar nada de esta película a quién sea aún extranjero de su relato, me gustaría, sin embargo, compartir la profunda emoción que me infunde más allá que la inmensa mayoría de obras (artísticas o no) que he contemplado desde que soy niño. A menudo el arte nos ha dado lecciones duras y penetrantes sobre los horrores que arrastra nuestro pasado y nuestro presente, pero muy pocas veces (si es que se ha dado alguna) nos hemos encontrado con una película que nos advierta (desde un tono alejado de cualquier arrogancia, más bien como la mano cálida de un amigo, brindándonos su cariño en nuestro hombro) sobre las sombras que envuelven nuestro futuro. Este regalo a la vida y al cambio debe de compartirse y enseñarse a los más jovenes, a los niños de los hombres, a aquellos que pueden hacer que la sinrazón mejore y los vientos cambien. Muchas veces, nuestra perspectiva occidental de cómoda aunque inquietante paz política dentro de nuestras fronteras, nos lleva a olvidarnos (más allá de un "qué horror" ocasional y rutinario ante las atrocidades que, con pulcra hipocresía, relatan nuestros reporteros desde allí donde se sufre) de todo el dolor y miseria que se agolpan más allá de los límites que hemos trazado. El dolor de su hoy puede ser nuestra desdicha del mañana. Por ello es necesario el actuar el escuchar las palabras sabias que desde esta obra se nos regala, porque no son más que eso, un regalo a nuestra importancia como individuos, por encima de la alienación que suscitan los estándares impuestos por las modas y el dinero, a nuestro derecho y voluntad a establecer las reglas del juego y del cambio, a no dejarnos arrullar en nuestra vida cómoda aunque difícil (nadie dijo que vivir fuera sencillo, pero es siempre más fácil vivir que temer por hacerlo), renegando de la pólítica como instrumento roto y desafinado, pero al que no tenemos la intención de mejorar. Lo mejor que se me ocurre decir sobre Children of men y sobre aquello que para mí significa, es que si algún día tengo el deber y la suerte de criar a un niño (sea o no de mi sangre) tal vez gracias a ella tenga algo valioso que contarle.
Niccólito
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