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Voto de Niccólito:
1
7,2
146.405
Acción. Bélico. Aventuras. Fantástico
Adaptación del cómic de Frank Miller (autor del cómic 'Sin City') sobre la famosa batalla de las Termópilas (480 a.C.). El objetivo de Jerjes, emperador de Persia, era la conquista de Grecia, lo que desencadenó las Guerras Médicas. Dada la gravedad de la situación, el rey Leónidas de Esparta (Gerard Butler) y 300 espartanos se enfrentaron a un ejército persa que era inmensamente superior. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2007
71 de 168 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo empezar? Es complejo el decidirse por uno u otro comienzo cuando uno siente la necesidad de hablar de aquellas convicciones profundas y sinceras que se asientan en el corazón, auqellas que se defienden sin valorar costes o llagas cuando se ven vulneradas, aquellas por las que la vida adquiere el valor de su significado y del sacrificio. El camino que lleva del visionado de la segunda película de Zack Snyder 300 a esta necesidad de denuncia es más estrecho de lo que pudiera imaginarse. Basada en la obra de uno de los genios en lo artístico (que dudoso en lo moral y político) del noveno arte, Frank Miller y llevada en volandas por la industria que le cerró las puertas a sus propuestas de antaño y que ahora (acuciada por la necesidad caníbal de argumentos en una época de deserción del ingenio en el guionista medio, donde el reciclado cuando no la copia parecen haberse erigido como los pilares de las historias de la fábrica de sueños) no duda en aceptar sin ambages su violenta y oscura visión de la épica, teñida de una mal velada pátina fascista, para llenar las arcas de una taquilla enferma a la que sólo parecen querer curar de la manera más rápida e hipócrita, ignorando la inteligencia del público como si tal concepto en él no existiera. Sabemos que es falso y por ello debemos levantar la voz, pero hay que hablar antes de la película para asentar los cimientos de la denuncia y repulsa a su contenido. Aplicando la cómoda opción seguida por Sin City de copiar, sin ningún sonrojo, todas y cada una de las secuencias de la novela gráfica original (añadiendo una línea argumental totalmente innecesaria sobre las cuitas de la reina Gorgo prisionera en Esparta de las hipocresías de la burocracia) con un deslumbrante uso de la técnica para dotar a la imagen de un irreal atractivo pictórico, la película es ya artísticamente un insulto al cine como arte. Sustentada por una voz en off infame que nos describe con nula intensidad y de manera innecesaria la acción que estamos viendo, la película se convierte en un sangriento festival de violencia estilizada pero desprovista de poética, ralentizada y acelerada con la evolución de los cuerpos de los aguerridos espartanos mientras desmienbran sin piedad a uno deshumanizado (hasta lo ridículo en esta versión cinematográfica, aquí sí alejándose de la obra original, que se permite el lujo de introducir monstruos o zombies en un desesperado intento de complacer la añoranza del público por la fantasía de las, esas sí, tres obras maestras que no hace mucho tiempo dio a luz Peter Jackson) ejército persa, simple carnaza para una orgía de sangre. (Continúa en la parte spoiler aunque sin datos reveladores de la trama)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Todos los méritos del cómic, quedan arrasados en virtud de una escenografía grosera y sin tacto, que logra embrutecer todos los aspectos de mérito visual que sí existían en la obra en que se basa, hasta hacerlos repulsivos y, a la vez, logra hacerse pasar por una adaptación fiel del mismo, pues nadie puede negarle a Zack Snyder que (salvo en las excepciones comentadas) no haya seguido a pies juntillas la obra del maestro, pero en ese traspaso al celuloide las imágenes se han enbrutecido. Pero lo realmente importante no es que 300 sea una pésima película (que lo es) o que el cómic de Miller fuera una obra maestra de su medio (que también lo es, ciñéndonos exclusivamente a lo artístico), no, lo realmente importante es el significado que transmite esta película, el mensaje que cala de manera consciente o no en el espectador. 300 se convierte (tal vez ajena al propio control de su creador, pues si esto es buscado, la preocupación sería doble) en un mecanismo de exaltación de la violencia, de celebración del sinsentido y la barbarie, un reflejo de la insensibilidad reinante en nuestro tiempo y un motor que contribuye a alimentar los peores defectos de las sociedades modernas actuales, la indiferencia, el consumismo de violencia gratuita, el desprecio por el esfuerzo intelectual y la cultura y la venganza como herramienta definitiva en lo político y en lo social, la justificación de la respuesta desmedida contra el enemigo que llega de fuera. Desmedida, irracional o simplemente patética, son palabras que sé que pueden esgrimirse sin esfuerzo contra la intención de denuncia y llamada a la conciencia que se pretende hacer desde esta crítica, escrita desde una página de manera amateur y sobre un producto dedicado al consumo de masas. Pues bien, no importa, al que escribe esta línea le parece algo tan importante el dejar oir su eco entre aquellos que puedan leerla, que por cada respuesta olvidará los mil silencios anteriores, debemos unir nuestras manos, debemos estar juntos todos aquellos que aún creamos en la gente, en el mundo, en que puede ser mejor y por tanto, debemos luchar con todas nuestras armas (aunque sean tan limitadas como esta) por evitar que productos que alimentan el lado más oscuro de la naturaleza humana (que tantas lágrimas nos ha costado ya) sigan encontrando oídos que los escuchen. Paguemos a su codicia con la espada más justa, la ignorancia.