Esta maravillosa película fue un éxito tanto crítico como comercial, recibiendo siete nominaciones a los Oscars, de los que no se llevó el de mejor película (¿?) pero sí los impepinables a mejor actriz principal (impresionante Frances McDormand como policía embarazada que nunca pierde la calma) y a mejor guion original (éste, si cabe, más merecido aún, por construir una historia tan interesante y precisa y a la vez tan divertida). Su marido en la vida real, el estupendo William H. Macy, que también recibió premios menores, ponía en apuros a la McDormand al prender la mecha a un enredo importante, repleto del humor negro tan característico de los Coen, grandes creadores de historias sin duda, y talentosos contadores de las mismas, pero nunca tan inspirados como en ésta, su obra cumbre.

Impagables los secundarios Steve Buscemi y Peter Stormare, protagonistas de las secuencias más desternillantes, acompañados de Kristin Rudrüd, sensacional como esposa a la que intentan secuestrar. En resumen, la típica película que casi 25 años después todo el mundo dice: ¡Qué buena es!