El guionista y director estadounidense James Mangold ha demostrado sobradamente su valía y esta cinta es una prueba de ello. Con un estupendo guion, también firmado por él, logró un cierto éxito crítico y comercial gracias a una bien construida historia sobre policías corruptos y policías honrados, nada muy original pero desarrollado con pericia y logrando mantener el interés del espectador.

El espléndido reparto de primeras figuras contribuyó en gran medida: desde los habituales en el género, Keitel, Liotta y De Niro, hasta el sorprendente Stallone, muy alabado por un papel en las antípodas de "Rambos" y similares.

Con un buen ramillete de secundarios, y una producción solvente, es un film estimable que suele gustar en su tratamiento de un tema que cuenta con un público fiel.