Desde el mismo título, el muy comprometido y brillante director afroamericano Spike Lee plantea a sus espectadores una continua reflexión: pone ante sus ojos un barrio multirracial, y les muestra toda una amalgama de personajes de muchas razas distintas, sin juzgarlos. El éxito merecido de esta película permitió a su polémico director seguir por esa senda, que nunca ha abandonado, con mayor convencimiento y medios (los medios que te proporciona el reconocimiento) pero probablemente en pocas de sus otras cintas Lee ha logrado el fino equilibrio necesario para que esta cinta repleta de violencia y racismo nunca perdiera la senda del acierto.

Nominada a varios Oscars (actor secundario para el excelente pizzero italiano que se marca Danny Aiello, guion original…) la película tuvo un gran impacto porque te hacía pensar, pero te dejaba que pensaras tú, y esa cualidad, la del buen cine político, siempre la ha tenido Spike Lee, además de la capacidad para que sea cine político, sí, pero entretenido.