Hay que decir que yo no soy creyente ni nada parecido y desde este punto ni siquiera consiguió arrastrarme al cine, de lo cual a día de hoy me alegro horrores. La película no tiene desperdicio en cuanto a violencia y a planos brutales de un desencajado Mel Gibson.
Cuando pasó un año de que la estrenaron la vi, en el más personal DVD de mi casa, junto a mis padres; unas hipersorprendidas personas ante lo que acabó siendo lo que yo me temía; un bodrio que muestra una tortura brutal, un filme hecho sólo para los más creyentes o incluso los que crean un poco.
Definitivamente no me gustó nada la película más que nada porque cuando yo voy al cine quiero que me cuenten historias imposibles, imaginativas, reales pero sin son comedias. No voy a que me cuenten la truculenta historia de un señor muy respetable, al que torturan casi hasta el punto de matarlo, que por desgracia pasaba y con mucha gente de la época.
El cine es un arte que permite mostrar cosas increíbles, cosas agradables que te haga pasar un buen rato, no para estar acojonado en tu casa pensando lo que debió sufrir ese hombre para intentar hacernos sentir culpables.
No puedo recomendarla a nadie porque a mí no me gustó nada.