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España España · Bilbao
Voto de Rebecca:
6
Drama El preso político Lu Yanshi es liberado cuando termina la Revolución cultural. Cuando regresa a casa, descubre que su esposa sufre de amnesia; no lo reconoce y continúa esperando el retorno de su esposo sin darse cuenta de que está a su lado. (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver Regreso a casa, lo primero que vino a la mente fue el título de una obra del célebre pintor belga René Magritte en el que junto a la representación de una pipa, se muestra el texto (Ce n'est pas une pipe: esto no es una pipa), resultado del contradictorio pero atrayente discurso del arte surrealista... Evidentemente, quienes hayan visto este film saben que de surrealista tiene poco, más bien hiperrealista... aunque la trascendencia del amplio componente emocional en él, pueda evocar esa contradicción surrealista...
Sin entrar en datos concretos de los nombres orientales de los personajes (que parecen hechos para hacernos enloquecer de confusión a los occidentales, como imagino sucederá a la inversa), Regreso a casa es una historia costumbrista, cotidiana, en un contexto histórico devastador, tremendamente ideologizado... Es precisamente lo que le acontece a la tríada protagonista de la historia, cuyo menor delito fue vivir bajo una dictadura y el mayor, no sobreponerse a tal hecho y establecer un antes y un después en sus vidas, es decir, no cerrar puertas y abrir otras. No son, en definitiva, víctimas absolutas de sus circunstancias, sino de su actitud frente a ellas. De ahí que, entre otras cosas, esto no sea una pelicula de amor, algo que contradirá muy seguramente la percepción de muchos espectadores. La protagonista, que a más de uno le recordará a la Penélope que aguarda sentada en un banco en la estación, termina por no reconocer al objeto de esa espera y mientras ella espera y espera, su amor desespera al comprobar que a su regreso, nada vuelve a ser lo mismo. Todo esto alimenta un sinfín de emociones en la butaca, de manera que no hay una "neurona espejo" en la sala que no nos provoque más de una lágrima a lo largo del metraje de la cinta. Como tantas otras veces, más valdría que nos pararamos a analizar de modo más objetivo las pretensiones del film para con el espectador y es aquí donde veo la debilidad argumental más grande de este trabajo. Sin duda, la película ha ido respaldada de una campaña publicitaria superior a la media para este tipo de historias no expresamente comerciales y es evidente que el argumento va dirigido a no dejar en las butacas títere con cabeza en el plano emocional y eso se logra sabiendo de antemano la reacción del público, los sesgos, estereotipos y mitos con los que pasa por taquilla... Esto no es una película de amor, no porque sea una película con tintes de denuncia contra la barbarie de una exacerbada ideología concreta, sino porque cuenta una historia muy acorde con la visión romántica en nuestra cultura (veo que en Oriente no habría "cambio horario" al respecto) y que tristemente dista de lo que habría de identificarse con la salud mental, como de hecho es prueba la problemática sufrida por nuestra Penélope... Este argumento, que podría haber servido de base para crear una historia de crecimiento y superación, de autoafirmación humanista, apela en cambio al sentimentalismo, al lacrimeo empático del espectador, al que se le sugestiona para compadecerse de los personajes, como si éstos vivieran bajo el dictado no de un regimen político, sino de una fuerza sobrehumana que no les permite replantearse sus vidas, sus destinos y hacer algo con ellos... Es decir, aporta poco a nivel argumental con respecto al cine comercial y promueve el afianzamiento de esos estereotipos y prejuicios con los que el espectador se había acomodado en la butaca e inconscientemente prefería verlos confirmados.
Por lo que respecta a las cuestiones no argumentales, Regreso a casa adolece de una cierta asimetría en los tiempos en los que se distribuye el relato, concediéndose demasiados recursos visuales y argumentales en determinados momentos de la cinta, como al inicio, que caen en vacío y en realidad no aportan sustancia, sino que se exceden en detalles, como un excesivo recreo de mostrar la introspección de los personajes, hasta caer en cierta artificialidad. Claro que esto lo contrapesa la buena interpretación de la tríada protagonista, con la ínclita Penélope en estado de gracia... Ni que decir tiene que la fotografía y ambientación del film, dadas las circunstancias reinantes en la cinematografía actual, son notables.
En definitiva, pese a la cierta novedad argumental, Regreso a casa no aporta nada nuevo en realidad, sino que afianza roles de victimismo e indefensión aprendida bajo unas circunstancias adversas, apelando a la emoción y la visceralidad, al más puro estilo comercial, sazonada con recursos visuales, tiempos, introspecciones más propias del cine anticomercial. Todo ello vestido con unos recursos técnicos notables... Pero lo más llamativo es que Regreso a casa no es una película de amor o, al menos, no debería serlo...
Rebecca
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