Viendo esta irregular cinta, da la impresión de que a Guillermo del Toro se le ocurrieron un día un par de poderosas e increíbles escenas y dijo: "¡Coño! Pues voy a hacer una película para meter esto". Como la línea argumental de fantasía que había ideado a duras penas no daba para mucho más que un mediometraje, decidió agregar una co-trama de tintes pretendidamente duros y realistas. Así, lo que empieza como un cuento de hadas (niña que debe cumplir una serie de misiones encomendadas por un ser de fantasía) se alambica de forma extraña con la historia de un maligno general franquista y los pobres y oprimidos maquis a los que persigue.
Mucho relleno para disfrutar de los escasos momentos interesantes del filme: las misiones encomendadas a la niña por el Fauno tienen un empaque visual que llega a ser incluso impactante (el ser con ojos en las manos, el sapo, la mandrágora) y el personaje de Sergi López, fuera del contexto político y quitando el imposible acento del actor, podía haber sido uno de los psicópatas más inquietantes del cine español. Poca cosa más se puede decir de una película que abunda en el maniqueísmo, está protagonizada por una niña odiosa y tiene uno de los finales más lamentables que he visto en mucho tiempo.