Existió alguna vez una época gloriosa en la que Conan y sus vástagos cinematográficos (desde Willow hasta He-Man) protagonizaban un sinfín de emocionantes peripecias en un mundo de cartón piedra, poblado de malignas hechiceras, reyes brujos, bestias salvajes y épicas cabalgatas por el desierto de Almería. El cine cambia, las modas van y vienen y nadie volvió a rodar películas como aquellas hasta que a John McTiernan ("La jungla de cristal") se le encargó dirigir la adaptación de una novela de Michael Crichton llamada "Devoradores de cadáveres". Eliminó el cartón piedra en favor de una tecnología superior, contrató a Antonio Banderas, Omar Sharif y Diane Venora y narró la improbable historia de un árabe que se va de aventuras con los vikingos. La música de Jerry Goldsmith, con claras referencias a la bso de "Conan, el bárbaro" hizo el resto. Por Odín, que funcionó.
Y se produjo el milagro: allí, con los ojos muy abiertos en la oscuridad de la sala de un cine, los que hemos crecido con "El Señor de las Bestias" recuperamos nuestra juventud por 105 magníficos minutos de la más entrañable aventura clásica, como hacía años que nadie rodaba.
Sólo por eso, "El guerrero nº 13" merece estas siete estrellas que le adjudico.