Bella, hipersensible y emocional galería de retratos femeninos, "Cosas que diría sólo con mirarla" es el prometedor debut de Rodrigo García, que demuestra que a pesar de la inexperiencia, lo importante es tener algo que contar y sobre todo, saber contarlo. Puede intimidar un poco con su ritmo pausado y sus conversaciones a media voz, pero vale la pena el esfuerzo.

Aunque en general la narración mantiene un buen pulso, creo que algunas historias merecerían haber tenido un desarrollo más profundo, como la de la pitonisa que ve languidecer de cáncer a su amante o la de la doctora que busca alguien a quien amar, pero sin embargo otras, como la del ama de casa que busca la realización de un instinto maternal frustrado a través del amor por su vecino enano, o la detective solitaria y su ególatra hermana ciega, son perfectas en su desarrollo y conclusión, por no mencionar el sutilísimo retrato de las contradicciones que atormentan a la supuesta triunfadora encarnada por Holly Hunter. Todas las historias se van abriendo poco a poco, sin principio ni final, como un recordatorio de que la vida no es unidireccional y que el fin de un camino puede no ser más que el inicio de un viaje distinto con nuevos e inesperados compañeros.

La sensación general que produce la película es la de estar mirando una serie de vidas a través de una ventana invisible. Las dirección de actrices es realmente fantástica: evolucionan de manera natural, íntima, como si no hubiese ninguna cámara ni ningún director dando instrucciones. En concreto destacaría con cierta sorpresa los trabajos de actrices tan irregulares como Cameron Díaz o Calista Flockhart, que aquí están como nunca y confirmo una vez más que Amy Brenneman, Kathy Baker y Holly Hunter siguen siendo unas fuera de serie.

Película quizás no apta para todo el mundo, gustará sobre todo a aquellos que entienden más de la pequeñez de las personas que de la grandeza de los conceptos.