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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
4
Romance. Comedia Frances Mayes (Diane Lane) es una escritora de 35 años que vive en San Francisco cuya perfecta vida acaba de dar un giro de 180 grados. Su reciente divorcio le ha causado una profunda depresión y un bloqueo creativo. Patti (Sandra Oh), su mejor amiga, empieza a preocuparse y decide regalarle una estancia de diez días en la bella Toscana, en Italia. Una vez allí, Frances se encapricha de una villa llamada "Bramasole" (“que anhela el ... [+]
12 de junio de 2008
26 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producto diseñado a la perfección para soñar, si uno es un tanto simplote y no suele soñar con cosas más interesantes que ésta (yo, por ejemplo, soñé hace poco que un extraterrestre salía del sumidero de mi bañera y me atacaba con una pistola de rayos láser, dime tú si eso no da para una peli apasionante). Va de una premenopáusica americana en crisis (Diane Lane) que se marcha a un tour por la Toscana y se compra una villa así porque sí, porque es una tipa enrollada y romántica que dan ganas de asesinarla de lo tonta que es y además, anda que no tendrá paisajes allí en su país para venir a colonizar los pocos decentes que nos quedan a nosotros, como si nos fueran sobrando. La tipa se tira un gran cacho de la película reflexionando sobre las cosas emocionantes de la vida y luego rebozándose en su huerto y manoseando frutas y verduras en el mercado en unas escenas que imagino pretenden ser una celebración de la sensualidad mediterránea (me descojono).

En tales parajes dionisíacos conoce a un latin lover, a una histérica felliniana a la que odio y en general a un montón de gente típica italiana que en la realidad no existe y que demuestra el daño que provocan las películas tipo "El cartero y Pablo Neruda" al subconsciente colectivo de la nación estadounidense.

Pasan un huevo de cosas aburridas entre medias, lo más apreciable es el hambre que te entra cuando ves esas mesas bien abastecidas de productos de la tierra, esa mozzarella jugosa, ese Valpolicella peleón y esos tomates que revientan de rojos...Lo cual se merece una estrella extra.

Lo que más me gusta y por eso le pongo más puntuación de la que había pensado, es lo preciosos que son los paisajes y todo ello se debe a una flojera nostálgica por mi parte, porque aunque la fotografía es bonita, el mérito es todo de la maravillosa campiña toscana, es imposible sacar una imagen mala de semejante belleza. Así que un consejo: a ponerse música suavecita, quitarle el volumen a la peli y verla como el documental de Italian-American Tours que en realidad es.
Neathara
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