Hay un día a la semana en el que los padres de familia japoneses sacan el kimono del armario, mandan a la parienta a la cocina a prepararles unos piscolabis de pescado crudo y dejan a sus primogénitos menores de doce años al cuidado de un venerable antepasado (el abuelo, por ejemplo) o en caso de vivir en una ciudad despersonalizada y cruel como Tokio, de la vecina. Ese día, especial y magnífico cual pagoda dorada, es el día en que Jose Manuel Parada-san presenta su famoso programa Cine de ku, donde los varones japoneses de ya una cierta edad pueden disfrutar sin rebozo de las grandes películas de samurais de ahora y de siempre, como esta vigorizante "Samurai Rebellion".

Como ya se sabe, el padre de familia japonés no puede faltar a esta cita y aunque no le suena la peli ya que en su memoria se mezclan como un millón de títulos con la palabra Samurai (incluido el tema de Vicky Larraz) para él ver juntas las palabras SAMURAI y REBELLION es como para el aficionado a Tolkien oír aquello de ADAPTACIÓN y HOBBIT.

- Michiko, pásame mi Softbank el de las gafas bluetooth para escuchar el ipod, que voy a llamar a mi primo Kokoto porque vamos a ver una gran película de montones y montones de samurais enfurecidos rebelándose en una gran y honorable guerra.

El primo Kokoto es todavía más macarra y pro-samurai que el padre de familia, así que acude raudo y veloz (pues sólo vive en el piso quinientos quince del mismo edificio) por supuesto con su kimono y su katana ceremonial por si procediese a necesitar un seppuku.

A la media hora de película el padre de familia y el primo Kokoto están con el morro torcido, porque los samurais sólo hablan y luego hay una historia de amor, lo cual a ellos no les interesa, ya que quieren ver samurais cortándose la cabeza o asaltando castillos o en su defecto practicándose montones de harakiris. "Pues tampoco es para tirar el sushi maki al techo", farfulla indignado el primo Kokoto. El padre de familia, muy decepcionado con Cine de Ku, coge el mando, gira la cabeza hacia su venerable pariente y pregunta:

- ¿Y si ponemos Juego de tronos?