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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Comedia Annie (Kristen Wiig) es una treintañera soltera del Medio Oeste, con una vida sentimental más bien precaria, a la que Lilliam, su mejor amiga (Maya Rudolph), le pide que sea su dama de honor. Sin embargo, aunque nunca ha ejercido esa función, la pobre se esfuerza por dárselas de snob en la fiesta anterior a la boda. Mientras tanto, otra amiga de Lillian (Rose Byrne) hará todo lo posible por arrebatarle el papel a la inexperta Annie. (FILMAFFINITY) [+]
29 de agosto de 2011
48 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay pocas ocasiones en las que no te duele gastar siete euros en una película y "La boda de mi mejor amiga" (horrendo título), es una de ellas. En mi casa suelo ver todo tipo de cine para cultivar la afición cinéfila, explorar nuevas filmografías o descubrir directores, pero lo cierto es que cuando arriesgo mi pecunio en acudir a las multisalas, lo que busco es, ante todo, pasármelo en grande.

Dos horas y pico de descojone sin duda no es mala inversión: y esto es lo que Kristen Wiig y sus secuaces cómicos consiguen con una comedia de las que instauran tendencia. El guion, escrito por la propia Wiig, no da tregua al hipotálamo y el descojone anda a la par con un obvio cariño hacia unos personajes fácilmente reconocibles e incluso en cierto modo, adorables. Todos pivotan en torno al formidable duelo entre Annie, una fracasada según todos los parámetros sociales y Helen, la doña perfecta a la que todo le sale bien. Una pareja hecha en el infierno ¿o no?.

La galería de secundarios es impagable, al igual que la incansable sucesión de puntazos que tocan casi todos los palos humorísticos, desde el gag delirante hasta la escatología más salvaje, apostando también por la ironía de tiros largos y los hachazos entre líneas. Del jijiji, al jejeje, al JUAS, JUAS, JUAS y puntualmente, el siempre agradecido, ¡AY DIOS!

Atentos a los próximos años: "Bridesmaids" creará escuela. No tanto por presentar a mujeres haciendo el guarro y diciendo tacos, sino porque agrega un nuevo y sabroso ingrediente al consabido potaje del género: el potencial cómico de las neuras femeninas.
Neathara
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