"Inmersión letal" cuenta con todos los ingredientes para atraer al espectador más apoltronado y engullepalomitas. En primer lugar un elenco masculino encabezado por los guaperas Paul Caradepalo Walker y el hijo de James Caan en su papel habitual de chulito descerebrado. Al lado de estos dos tipos duros dos pivonazos como la angelical Jessica Alba, que si no era en aquel momento la mujer más bella del mundo poco le faltaba, y la diabólica Ashley Scott dándole respuesta como zorrón de pocas luces y mucha ambición. Todos ellos jóvenes y carismáticos, en bañador y bikini la mayor parte del metraje, moviéndose en un escenario paradisíaco como las Bahamas, luciendo palmito a bordo de lanchas, bronceándose en la cubierta de algún barco o buceando en busca de tesoros subacuáticos. Y todo ello combinado con una historia de fácil digestión, unos personajes arquetípicos y una competente dirección y fotografía, con las cámaras siempre cerca del trasero de Alba para impedir cualquier atisbo de sueño o aburrimiento en el espectador.

Pues contra todo pronóstico, es una película que me enganchó de mala manera de principio a fin y que siempre termino viendo completa cada vez que la pillo por la tele. Será su falta de pretensiones, o unos actores que encajan a la perfección en sus papeles, o especialmente su guión, que aún siendo una historia de aventuras mezclada con thriller muy típica es sorprendentemente sólido, salvando quizá los últimos minutos de película, donde más vale tirar de la mayor suspensión de la incredulidad posible para tragarse un final perfecto que... ¡qué coño, a mí me encanta!

Resumiendo, una cinta de aventuras subacuáticas muy entretenida, de gran ritmo, excelentemente rodadada y perfecta como pasatiempo sin pretensiones.